Venezuela debe denunciar ante el Departamento de Estado norteamericano si su personal diplomático recibió alguna amenaza para tomar las medidas correspondientes, afirmó este martes un portavoz del Departamento, luego de que Caracas cerrara su consulado en Miami.

Estados Unidos ya “prestó ayuda” en diciembre al consulado venezolano en Miami, Florida (sureste), “ante preocupaciones menores de seguridad”, señaló el portavoz Mark Toner en rueda de prensa.

Pero el portavoz calificó esas preocupaciones como “no significativas” y aclaró que “preocupaciones de seguridad” no son iguales a “amenazas”.

Venezuela oficializó el lunes el cierre de ese consulado y ordenó a su personal regresar a Caracas debido a una serie de “amenazas” que les “hacen correr un peligro real, grave e inminente”.

El anuncio se produjo luego de que el 6 de enero Washington declaró persona no grata a la cónsul venezolana en Miami, Livia Acosta, y le pidió abandonar el país.

“Si un funcionario venezolano en Estados Unidos efectivamente recibió una amenaza, esa amenaza debe ser reportada a la oficina de seguridad diplomática del Departamento de Estado, que trabaja con las agencias de seguridad, para tomar los pasos adecuados”, dijo Toner.

“Obviamente nos tomamos muy en serio la seguridad de todas las misiones extranjeras” en Estados Unidos, resaltó el portavoz.

Desde la colaboración prestada en diciembre, “no hemos recibido ningún reporte” de parte de Venezuela sobre nuevas preocupaciones, agregó Toner.

La cónsul Acosta fue expulsada luego de que la cadena hispana Univisión emitiera un documental que la involucraba en un supuesto complot iraní para realizar ciberataques en contra de Estados Unidos, orquestado en México años atrás cuando la diplomática estaba destacada en ese país.

Estados Unidos y Venezuela mantienen tensas relaciones diplomáticas y carecen de embajadores desde 2010