Tras los resultados de la encuesta CERC, la Concertación aseguró que existe un problema de institucionalidad que se debe resolver desde el Gobierno y la oposición.

Por su parte, desde la Alianza aseguraron que el aumento en la aprobación del Gobierno se debe a las políticas sociales que ha impulsado el ejecutivo.

Una fotografía del momento, o simplemente una crisis institucional arrastrada por los movimientos sociales. Dos miradas distintas de una encuesta que enfrenta a los dos conglomerados políticos del país: la Alianza y la Oposición.

Más allá del aumento en la aprobación del Gobierno, son los partidos políticos los que han mantenido los peores resultados.

Respecto de quienes aprueban el trabajo de las coaliciones políticas, en esta medición se registró que el apoyo a la oposición cae 7 puntos llegando al 38 por ciento. Mientras, que el oficialismo mantiene el respaldo del 21 por ciento.

Sin embargo, desde la Concertación culpan de estos malos resultados a la conducción del Gobierno, que genera desconfianza de la ciudadanía a las instituciones.

Así lo señaló el presidente y diputado del PS, Osvaldo Andrade, quien indicó que en estos momentos existe una crisis institucional:

Para el senador del PPD, Ricardo Lagos Weber, la falta de credibilidad que aún mantiene el Gobierno no permite que las personas puedan darse cuenta de las mejoras sociales.

Opinión que no compartió el senador y presidente de la UDI, Juan Antonio Coloma, quien indicó que la aprobación del Gobierno, se debe a que la gente se está dando cuenta de los avances.

En esta línea, el diputado de Renovación Nacional, Cristian Monckeberg, indicó que la encuesta CERC demuestra un Gobierno “compenetrado y consolidado”.

Por su parte, el senador del MAS, Alejandro Navarro, señaló que el problema no son las encuestas, sino que el propio Presidente, que tiene un estilo lejano a la ciudadanía.

Desde la oposición también realizaron una autocrítica a la baja aprobación que obtuvieron en esta encuesta, asegurando que van a tener que seguir trabajando con humildad y sin soberbia, para cambiar la percepción de la gente.