La Federación de Estudiantes de la Pontificia Universidad Católica, junto al colectivo Memoria PUC, inauguraron una placa homenaje a los 28 miembros de la comunidad universitaria desaparecidos o ejecutados durante la dictadura militar.

La placa, instalada en el campus San Joaquín, pretende reflejar el trabajo colectivo de estudiantes y funcionarios que se extiende por más de un año y que se tradujo en la edición independiente del libro Una luz sobre la sombra.

El presidente de la FEUC, Giorgio Jackson, destacó la importancia de la recuperación de la memoria histórica en la universidad, pero señaló que la institución tiene una gran deuda. Concuerda con el mismo diagnóstico, Luis Aguilar, director del colectivo Memoria PUC.

Para la madre de Juan Carlos Rodríguez Araya, estudiante de Ingeniería asesinado en dictadura, el acto trajo algo de reparación.

El memorial consiste en una placa de acrílico de una figura humana que lleva los nombres de los 28 integrantes ejecutados, tal como lo comentó el arquitecto Samuel Bravo, constructor de la obra.

Desde el colectivo, como desde la federación de estudiantes, indicaron que este es un primer paso en el reconocimiento de lo sucedido, pero consideran que la institución debe pedir perdón por el rol político que jugó en la dictadura.