El jefe de gobierno italiano Silvio Berlusconi, actualmente encausado en tres procesos y de quien se espera su inminente renuncia, tal vez necesite seguir en la política para evitar problemas judiciales, según analistas.

Tras anunciar a comienzos de la semana que abandonaría el poder, Berlusconi limitó sus apariciones públicas, descartó ser candidato en futuras elecciones y dijo que se sentía “liberado”.

Sin embargo, el dirigente de 75 años, quien ha dominado la vida política de su país durante casi dos décadas, agregó: “Tal vez dé una mano en campañas electorales, que es algo que siempre hice bien”.

No obstante, Berlusconi sigue siendo diputado de su formación de derecha, Pueblo de la Libertad (PdL), en un Parlamento con mandato hasta 2013, y goza de inmunidad parlamentaria.

En ese contexto, pocos analistas piensan que abandonará la política.

El “Cavaliere” está actualmente encausado en tres procesos.

El más mediático es el Rubygate, en el que se le acusa de haber pagado a una menor marroquí, conocida como Ruby, a cambio de servicios sexuales. Se le acusa también de abuso de poder, por intervenir ante la policía de Milán para que liberara a Ruby, tras su detención por un robo en mayo de 2010.

Por otro lado, en el caso Mills, es sospechoso de haber pagado 600.000 dólares a su ex abogado británico David Mills, en los años 90, para que realizara un falso testimonio.

Por último, en el proceso Mediaset, Berlusconi es acusado de haber hecho aumentar artificialmente los precios de los derechos de difusión de películas para constituir una caja negra en el extranjero, reducir sus beneficios en Italia y pagar menos impuestos.

Sin embargo, algunos analistas han dicho –un poco en broma, al menos por el momento– que el multimillonario político podría optar por un exilio de lujo, como su mentor, Bettino Craxi.

Craxi, un ex primer ministro socialista, se fue a vivir a Túnez en 1994, antes de ser condenado a 27 años de cárcel por corrupción.

Según escuchas realizadas al número telefónico de un hombre cercano a Berlusconi y difundidas por la prensa italiana a principios de septiembre, el jefe de gobierno saliente dijo que pensaba irse de “este país de mierda que me da ganas de vomitar”.

“En unos meses me iré para ocuparme de mis cosas”, dijo en una conversación del 13 de julio.

“Berlusconi también podría irse a Antigua para escaparse de los problemas judiciales o empezar a reunir sus tropas para volver”, estimó James Walston, profesor de la American University de Roma.

Uno de sus más leales amigos, el presentador de televisión Emilio Fede, a quien se está investigando por haber conseguido prostitutas a Berlusconi, juró esta semana que se iría con él si optara por radicarse en el Caribe.

No obstante, el comentarista político Sergio Rizzo dijo que el aún jefe de gobierno sería incapaz de vivir tranquilamente en las Antillas.

“No me imagino a Berlusconi y Fede jugando al ajedrez en Antigua. Berlusconi es incapaz de mantenerse lejos de la vida pública, quiere ser el centro de la atención”, afirmó.

“Es el tipo de individuo que quiere ser la novia en la boda o el muerto en el funeral”, añadió.

Para el analista político Peter Gomez, autor de varios libros sobre Berlusconi, dijo que los parientes del magnate de Fininvest lo obligarán a seguir en la política.

“Su familia lo está presionando muchísimo. Mediaset es sólo uno de los problemas que tiene. Tal vez no tenga más remedio que seguir en la política para salvar sus negocios y conservar una especie de escudo legal”, estimó Gomez.

“Su hija Marina ya le dijo claramente que no quiere ser siquiera un poco menos rica o poderosa” que ahora, afirmó Gomez.