El enviado especial de Estados Unidos en Birmania llamó a que se libere a todos los presos políticos del país, en su segunda visita al lugar, informó el martes el Departamento de Estado.

El enviado, Derek Mitchell, volvió a Birmania esta semana después de que los gobernantes anunciaran una amnistía para los presos, que inicialmente alentó las esperanzas fuera del país, pero decepcionó a los líderes de la oposición que deseaban la liberación de algunos disidentes clave.

La portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Victoria Nuland, dijo que la razón de la visita de Mitchell era obtener “una imagen verdadera y real de quién está fuera y quién no lo está”, tras la amnistía.

“No tengo dudas de que, en cada ocasión, él (Mitchell) ha resaltado que lo que queremos es ver a todos los presos políticos liberados”, dijo Nuland a los periodistas.

Los grupos de derechos humanos aseguran que en Birmania se han cometido grandes abusos contra las minorías étnicas, incluyendo violaciones masivas, y hay alrededor de 2.000 prisioneros políticos.

Los líderes militares del país transfirieron de forma nominal el poder a un gobierno civil en marzo. Aunque la oposición y Estados Unidos eran escépticos sobre este movimiento, algunos avances emprendidos por el nuevo presidente, Thein Sein, han conducido al optimismo.

Tras su visita de septiembre, Mitchell dijo la pasada semana en Washington que Birmania mostraba “señales alentadoras”, pero que su gobierno debe emprender reformas más profundas y erradicar la violencia contra las minorías antes de que Estados Unidos reduzca las sanciones contra el país.