En momentos que la región del Bío-Bío habilitó la primera Escuela de Panaderos del sur del país para suplir la escasez de operadores vinculados al rubro, el Centro de Educación y Trabajo (CET) de Punta Parra ya certificó a los suyos y consolidó un proyecto industrial que a diario genera más de 900 kilos y cuenta con una capacidad instalada envidiable.

El contexto pone como aliado estratégico de Gendarmería a Inacap que a través de su facultad de Cocina Internacional dejó como expertos en técnicas de panificación a 13 internos y 2 gendarmes de la unidad penal.

Fueron 50 horas de exhaustivas formación teórico-práctica que define contenidos higiene y manipulación de alimentos, criterios nutricionales para selección de insumos, manejo de proporciones y mezclas y producción de variedades en pan francés, dobladitas, amasado, tortillas con chicharrón, en rescoldo y otras exquisiteces que harán las delicias del público regional.

El perfil técnico considera el aprendizaje de la repostería y la fabricación de pasteles con diseño de decoración, lo que en estos días despierta el interés del consumidor.

Son los avances de un modelo productivo que involucra a los internos en el trabajo y la reinserción, alistándolos a un medio libre competitivo que buscará en ellos habilidades y hábitos de responsabilidad.

La estrategia granjeada con Inacap antes fue replicada con la empresa Molino Pacífico y la marca del rubro Lefersa, de quienes recibieron capacitación y técnicas de producción para alcanzar la calidad.

El proyecto que materializó en Concepción la Federación de Panificadores con apoyo del Instituto Nacional de Desarrollo Agro Pecuario (INDAP) y dio lugar a la Primera Escuelas de Panaderos en el sur del país, bien podría sentar las bases de una alianza de trabajo con Gendarmería, que ha puesto énfasis en la capacitación laboral y en la apertura de sus internos-trabajadores al mercado competitivo, enriqueciendo la alianza ya obtenida con Inacap.