El presidente Barack Obama pidió a Pakistán investigar la “red de apoyos” que permitió a Osama bin Laden ocultarse en ese país por años, y dijo que después de que Estados Unidos lo abatió la semana pasada tiene la oportunidad de darle el “golpe de gracia” a Al Qaida.

“Pensamos que debió de haber algún tipo de red de apoyos para Bin Laden dentro de Pakistán”, dijo Obama en una entrevista con la cadena CBS difundida la noche de este domingo.

Islamabad prometió investigar pero rechazó que extremistas islámicos hayan encontrado allí un santuario, mientras que el embajador de Pakistán en Estados Unidos, Hussain Haqqani, aseguró que “rodarán cabezas” de altos funcionarios paquistaníes tras lo sucedido.

Invitado a varios debates dominicales en las principales cadenas de televisión estadounidenses, su asesor en temas de seguridad, Tom Donilon, también pidió a Islamabad que realizara una investigación, pero intentó no echar leña al fuego afirmando que nada permitía acusar a los dirigentes paquistaníes de haber protegido a Bin Laden.

“No tenemos ninguna prueba de que el gobierno de Islamabad supiera” dónde estaba el líder de Al Qaida, añadió en la cadena NBC. Pero, estimó, “Bin Laden tuvo redes de apoyo en Abbottabad”, la ciudad próxima a Islamabad donde fue ultimado por un comando estadounidense el 2 de mayo.

Señal de la degradación de las relaciones entre los dos países, Donilon indicó que no estaba prevista ninguna visita de Obama a Pakistán, cuando la Casa Blanca había anunciado en octubre que el presidente estadounidense viajaría este año a ese país.

Islamabad, que considera que durante la operación se violó su soberanía territorial, amenazó la semana pasada con rever su cooperación militar con Estados Unidos si se repetía un episodio semejante.

Estados Unidos difundió cinco videos incautados durante el operativo contra Osama bin Laden, en uno de los cuales se le ve sentado en el suelo con un control remoto, pasando de un canal a otro, y deteniéndose en los que difundían imágenes suyas.

Obama dijo al programa “6O minutos” que con el decomiso de computadores, memorias y archivos electrónicos la dan a Estados Unidos la oportunidad de dar el “golpe de gracia” a Al Qaida.

“Esto no quiere decir que vamos a derrotar el terrorismo (…), esto no significa que Al Qaida no haya hecho metástasis en otras partes del mundo donde realizamos operativos” en su contra, dijo el mandatario.

“Pero sí significa que tenemos la oportunidad, creo, de dar un golpe de gracia a esta organización, si seguimos agresivamente tras de ella en los próximos meses”, declaró.

En la última grabación antes de ser ultimado, Bin Laden advierte que no habrá seguridad para Estados Unidos hasta que los palestinos no la tengan, informó un sitio islamista el domingo.

“Estados Unidos no podrá soñar con seguridad hasta que no vivamos en seguridad en Palestina”, señala.

Obama, que siguió en directo el operativo desde la Casa Blanca, comentó el domingo: “fueron los 40 minutos más largos de mi vida, salvo quizás por la meningitis de Sasha (su hija) cuando tenía tres meses y yo esperaba que el médico me dijera que estaba bien”.

El presidente, quien afirmó haber tomado el jueves la decisión de realizar el operativo del domingo, dijo que “pocas personas de la Casa Blanca sabían” lo que iban a hacer. “La gran mayoría de mis principales consejeros no lo sabía”.

Entretanto, siguen las reacciones a la muerte de Bin Laden. Los ataques contra objetivos gubernamentales que dejaron al menos cuatro muertos el sábado en Kandahar, en el sur de Afganistán, son “una venganza” de extremistas, indicó la oficina del presidente afgano, Hamid Karzai.

En Somalia, los insurgentes islamistas radicales shebab, que están coordinados con Al Qaida, prometieron “continuar la guerra santa contra los infieles” e inmolarse si fuera necesario.

En Suiza, el ministro de Defensa, Ueli Maurer, estimó que Obama se había puesto “al nivel de un terrorista” cuando anunció la muerte del hombre más buscado del mundo.

Según el diario panárabe Asharq Al-Awsat, una de las suegras de Bin Laden, la madre de su primera esposa, murió en Siria de un ataque cerebral cuando se enteró de la muerte de su yerno.