La familia del contratista Alan Gross, quien espera el fallo de un tribunal cubano por “actos contra la independencia o integridad territorial” de la isla, está “esperanzada” en que el acusado pueda estar “pronto” en su país, Estados Unidos, afirmó su abogado Peter Kahn.

“La familia sigue esperanzada en que estará pronto en su hogar”, señaló Kahn, quien fungió como observador en el juicio, en una declaración escrita divulgada la noche del sábado en La Habana y conocida por la AFP.

El juicio a Gross, de 61 años y quien enfrenta un pedido de un fiscal de 20 años de cárcel, quedó el sábado listo para sentencia, la cual será anunciada en los próximos días, según un comunicado oficial cubano, leído la noche del sábado en el telediario local.

Ni el comunicado ni diplomáticos norteamericanos consultados por AFP al término del proceso indicaron si la fiscalía mantuvo o varió esa petición.

La legislación cubana estipula que el veredicto debe ser dado a conocer hasta seis días después de concluido el juicio.

Washington reconoce a Gross como un empleado de la empresa Development Alternatives (DAI) -subcontratada por el Departamento de Estado-, que ayudaba a judíos en Cuba a comunicarse con el exterior dándoles celulares y computadoras, pero esa pequeña comunidad niega haber tenido contactos con él.

En el tribunal, el contratista, detenido en La Habana el 3 de diciembre de 2009, “reconoció que fue utilizado y engañado por DAI” y la acusó de haber arruinado su “vida y la economía de su familia”, según el texto oficial cubano.

La fiscalía lo responsabilizó de “la introducción y desarrollo” en la isla “de un proyecto subversivo para intentar derrocar la revolución que tenía como blancos esenciales el sector juvenil, centros universitarios, culturales, religiosos, grupos femeninos y raciales”, indicó el texto oficial.

En tanto, la televisión cubana está anunciando que transmitirá la noche del lunes un programa especial, con “información desclasificada”, en el que “un agente de la seguridad del Estado prueba cómo Estados Unidos organiza en Cuba redes informáticas ilegales para la transmisión y recepción de datos de manera codificada”.

Cuba y Estados Unidos, sin relaciones diplomáticas desde 1961, tuvieron una tregua en su largo diferendo político con la llegada Barack Obama a la Casa Blanca en 2009, pero la detención de Gross acabó con la corta luna de miel y la retórica de confrontación volvió a subir de tono.