Para muchos de nosotros, Hornopirén es sinónimo del descanso y la comodidad de una buena temporada vacacional… menos claro, para los habitantes de la propia Hornopirén, al menos en lo que a locomoción respecta.
Esto es lo que nos cuenta Marlene Beroiza, quien tras viajar hasta la localidad sureña para visitar a su hija, vivió en carne propia el mal estado de los buses de la empresa Kemelbus, los que no sólo tienen sus amortiguadores y mantención en pésimas condiciones, sino que continuamente transgreden el número máximo de pasajeros permitidos.
Marlene nos cuenta que este fin de semana largo, el bus en que viajaban quedó en panne y debió ser empujado por los propios pasajeros, los que más tarde debieron esperar varias horas bajo la lluvia -incluyendo niños y ancianos- a que llegara otra máquina de la empresa a rescatarlos, que además del daño a su salud significó también perder los buses que debían tomar en Puerto Montt para regresar a sus hogares.
Pasajeros empujando bus en Hornopirén | Marlene Beroiza
Pasajeros empujando bus en Hornopirén | Marlene Beroiza
Una realidad cotidiana para quienes están radicados en la hermosa pero aislada comunidad de Hornopirén.
Pasajeros varados en Hornopirén | Marlene Beroiza
Pasajeros varados en Hornopirén | Marlene Beroiza
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