Sergio Fajardo, carismático ex alcalde de Medellín, la segunda ciudad de Colombia, es uno de los favoritos para las elecciones presidenciales del 30 de mayo, a las que se presenta como candidato independiente.

De 53 años, Fajardo llevó una vida académica como matemático en Bogotá, sin militancia partidista, hasta que hace una década decidió optar por la alcaldía de Medellín, que obtuvo en 2003.

Hoy se precia de haber sido calificado como el “mejor alcalde de Colombia” durante su gestión entre 2003 y 2007 en esa ciudad conocida por la violencia que generaron las bandas narcotraficantes –especialmente el cartel de Medellín del fallecido Pablo Escobar– y pretende replicar esa experiencia a nivel nacional.

Negándose a aceptar una clasificación entre derecha o izquierda, Fajardo insiste en que Colombia debe salir del ambiente de polarización. Los analistas destacan que allí se encuentra su mayor atractivo para los votantes.

Según los sondeos, Fajardo quedaría prácticamente empatado con el ex ministro de Defensa Juan Manuel Santos, con cerca de 12% de los votos, en la primera ronda electoral.

Pero este candidato independiente, que ha criticado fuertemente la filtración de fondos ilegales en las campañas electorales colombianas, insiste en que no hará alianzas con otras fuerzas políticas.

Sobre los grandes problemas de Colombia, como el narcotráfico y las guerrillas, Fajardo ofrece seguir la política de mano dura de Uribe, “pero con absoluto respeto a los derechos humanos y el derecho internacional humanitario”.

Además, sostiene que Colombia no puede prescindir de la ayuda militar exterior, fuente de intensa polémica en América Latina tras la firma en 2009 de un acuerdo militar con Washington, que permite a tropas estadounidenses el uso de siete bases colombianas para combatir al narcotráfico y el terrorismo.

Fajardo está separado y es padre de dos hijos: Mariana, de 20 años, y Alejandro, de 23.