El provincial de los Jesuitas en Alemania, Stefan Dartmann, reconoció que en escuelas secundarias pertenecientes a la orden en Chile y España fueron escenario de abusos físicos, informa la agencia DPA. Las declaraciones del religioso se enmarcan en el escándalo desatado tras las denuncias de abusos sexuales en la escuela secundaria Canisius Kolleg, de gran renombre en Berlín.

Stefan Dartmann

Stefan Dartmann | Wikipedia

Dartmann declaró que, aparte de los casos que sucedieron en dicho establecimiento alemán, “también existen denuncias en centros educativos en las ciudades de Hamburgo, Sankt Blasien, Gottinga, Hildesheim, e incluso en Chile y España”. “En la documentación disponible hay indicios muy claros sobre los excesos cometidos hasta 1990 en Chile y España, se trata de rituales de castigos corporales demasiado excesivos”, explicó.

El religioso pidió perdón por la omisión de las denuncias al no examinar con atención lo que sucedía y tomar las medidas necesarias para que no se repitiera.

Al menos 22 alumnos, incluidos una de sexo femenino, fueron objeto de abusos sexuales por parte de 2 sacerdotes que ejercían la pedagogía en la escuela Canisius Kolleg en la década del 70 y del 80. Uno de ellos confesó años después, informando a sus superiores y al Vaticano. Lo grave es que siguió siendo religioso, y fue destinado a otro colegio católico, el Sankt Ansgar de Hamburgo. Allí, 2 ex alumnos también denunciaron sufrir abuso sexual.

En Hamburgo estuvo entre los años 1979 a 1982, y el entonces profesor de educación física fue destinado al internado jesuita de Sankt Blasien, para dar clases de 1982 a 1984. Wolfgang S., de 65 años, dejó la orden y se vino a vivir a Chile, donde se relacionó con víctimas de tortura y torturadores del gobierno de Augusto Pinochet.

Con una carta fechada el 20 de enero, Wolfgang S. pide perdón a sus ex alumnos, mostrándose arrepentido. “Es un hecho triste el que haya abusado y maltratado durante años a niños y jóvenes con pretextos seudopedagógicos”, dice la misiva.

El otro acusado es un ex profesor de religión que actualmente tiene 69 años, y niega los hechos. Ambos dejaron la orden en los años 80.