Según un anuncio de la televisión estatal, Irán ensayó con éxito una versión mejorada de su misil de mediano alcance Sejil, “Sejil 2″, de 2.000 km de alcance, generando alarma y profunda inquietud en las capitales occidentales, lo que según éstas, podría justificar sanciones.

La televisión estatal iraní no dio otras precisiones sobre la prueba, cuyo anuncio se produce en momentos en que Irán está amenazado de nuevas sanciones internacionales, tras haber sido condenado en noviembre por la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA).

El organismo internacional castigó a Irán por su controvertido programa nuclear y, en particular, por haber ocultado la construcción de una segunda planta de enriquecimiento de uranio.

“Se trata de un tema que produce profunda inquietud a la comunidad internacional, y que justifica un nuevo paso hacia sanciones” contra la República Islámica, dijo en una primera reacción el primer ministro británico Gordon Brown, después de entrevistarse en Copenhague con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

“Vamos a tratar eso con toda la seriedad necesaria”, declaró Brown. “Le transmití mi inquietud, y él hizo lo mismo, después de la prueba de un misil (…) efectuada por Irán”, agregó, al comentar su entrevista con Ban.

Por su parte, Francia consideró que el anuncio de un nuevo lanzamiento del misil de tipo Sejil-2 por parte de Irán “es una muy mala señal hacia la comunidad internacional”, según declaró el miércoles el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Bernard Valero.

El gobierno alemán calificó por su lado de “alarmante” el lanzamiento efectuado por Irán.

El misil sometido a prueba tiene dos fases y utiliza combustible sólido que lo impulsa hasta una distancia de 2.000 km, es decir, tiene capacidad para alcanzar Israel como también varios paises árabes y Turquía.

Los países occidentales se inquietan del programa balístico iraní, paralelo al programa nuclear que temen, culmine en la obtención del arma nuclear.

Las anteriores pruebas de misiles balísticos iraníes provocaron siempre duras reacciones de los occidentales, que las consideraron como “provocaciones”.

En noviembre, el embajador de Irán en Rusia, Mahmud Reza Sajjadi, dijo haber obtenido la promesa de que Moscu entregaría a Teherán el controvertido sistema de misiles S-300.