El presidente de Paraguay, Fernando Lugo, destituyó al comandante de las Fuerzas Militares, máximo cargo castrense del país, contraalmirante Cíbar Benítez, 48 horas después de descabezar la cúpula de las tres armas, informó el viernes una fuente del Gobierno.

El relevo de los principales jefes de las Fuerzas Armadas, sector que jugó un papel preponderante en la vida política de Paraguay en el último medio siglo, se produce en medio de un debilitamiento de las alianzas políticas que sostienen a Lugo, acosado a su vez por denuncias de la oposición.

Lugo había despedido esta semana a los comandantes del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea, en medio de rumores de inquietud en los cuarteles y advertencias de que podría producirse un intento de golpe de Estado.

Un comunicado oficial informó que Benítez será sustituido por el ex comandante del Ejército (arma terrestre), general Juan Oscar Velázquez, considerado como un hombre de plena confianza del jefe de Estado.

También se registra en medio de otra demanda judicial contra el mandatario por supuesta paternidad de un niño de dos años, presentada por una mujer ante la jueza de la Niñez y Adolescencia.

La demandante, Hortensia Morán, es la tercera mujer que asegura tener un hijo con Fernando Lugo.

En cuanto al ámbito militar, el contralmirante Benítez había salido el jueves en defensa de sus camaradas defenestrados al señalar con firmeza que “no hay ninguna persona dentro de las Fuerzas Armadas que tenga esas intenciones (golpistas)”.

“Se toman estas decisiones para dar oportunidad a otros”, habría manifestado el presidente Lugo al contralmirante Benítez, según el sitio digital del diario ABC que cita fuentes oficiales.

Velázquez, quien asumirá cuanto antes, es oriundo del pobre departamento de San Pedro (400 km al norte), donde Lugo ejerció su ministerio como obispo católico durante 10 años.

El presidente barrió así a la cúpula de la Fuerzas Armadas por cuarta vez en sus 15 meses de gobierno, para ubicar ahora en los principales cargos a incondicionales suyos, en momentos en que arreciaban rumores de planes golpistas.

Paralelamente, los opositores que dominan las cámaras de senadores y de diputados, amenazaron con llevarlo a juicio político por “mal desempeño”.

La oposición sostiene que el mandatario carece de respuestas ante la violencia social y la inseguridad reinantes, además de problemas administrativos atribuídos a su gobierno.