Los griegos dicen “No” a las exigencias de sus acreedores, según resultados parciales del referéndum de este domingo, decisivo para la suerte del país en una Europa expectante que ha empezado a movilizarse ante la incertidumbre que se cierne sobre el futuro del euro.

Con el 23% de los votos escrutados, el “no” se imponía con el 60,54%, según datos del ministerio del Interior.

Este resultado refuerza al gobierno de Alexis Tsipras, que en una apuesta arriesgada convocó el referéndum hace poco más de una semana con el fin de obtener “un mejor acuerdo” en la negociación con los acreedores (UE y FMI).

Partidarios del “No” se congregaban en la Plaza Sintagma de Atenas lo que parecía una aplastante victoria en el referéndum.

Los socios de Atenas habían advertido a los griegos que el “no” puede ser sinónimo de salida de la zona euro.

Para el portavoz del gobierno, Gabriel Sakellaridis, este resultado “le da al gobierno el mandato de defender su propia propuesta y sus posiciones, y la negociación no empezará de cero”.

“Con este resultado, el primer ministro tiene un mandato claro del pueblo griego”, añadió Sakellaridis.

“Las iniciativas se multiplicarán a partir de esta noche para que pueda haber un acuerdo” entre Atenas y sus socios, dijo al canal ANT1.

El gobierno señaló también que el Banco de Grecia solicitará al Banco Central Europeo, uno de los acreedores del país, que aumente el techo de su financiación de emergencia a los entidades griegas, que abrirán, en principio, sus puertas el martes, al igual que la bolsa de Atenas, tras permanecer cerrados toda la semana.

Sin embargo, para las autoridades rusas, Grecia “ha dado un paso hacia la salida de la zona euro”.

La consulta, la primera en Grecia en 41 años, se celebró en un contexto inaudito.

A falta de dinero en las arcas, el gobierno no pudo pagar los 1.550 millones de euros que tenía que abonar el 30 de junio al FMI y desde el lunes de la semana pasada rige un corralito por el que los clientes de los bancos sólo pueden retirar un máximo de 60 euros por día y persona.

Los acreedores y socios se movilizan

El presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, se reunirán el lunes por la noche en París para estudiar las consecuencias del resultado del referéndum.

Los directores del Tesoro de los países miembros de la zona euro también se reunirán este lunes, indicó una fuente a la AFP.

El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, había dicho antes de concluir la votación que Grecia deberá introducir otra divisa si ganaba el “no”.

“¿Sigue Grecia en el euro después del referendo? Claro que sí, pero si dicen ‘no’, tendrán que introducir otra moneda después del referéndum, porque el euro no estará disponible como medio de pago”, dijo Schulz a la radio alemana Deutschlandfunk.

Schulz matizó en las columnas del diario Welt am Sonntag que sea cual sea el resultado, la UE no abandonará a Grecia, y podría acordarle “créditos de emergencia, para que los servicios públicos sigan funcionando y la gente necesitada reciba el dinero necesario para sobrevivir”.

Cinco meses de tira y afloja

El gobierno griego, formado por Syriza y el partido soberanista ANEL, y los acreedores del país (UE, FMI, BCE) llevan más de cinco meses de arduas negociaciones. 

Tras sendas líneas de créditos de 240.000 millones acordados desde 2010 a Grecia, que expiraron el pasado 30 de junio, a cambio de draconianas reformas y medidas de ahorro que han contribuido a una caída del PIB del 25% y a un aumento exponencial del desempleo, el actual gobierno de izquierda radical quiere un cambio de estrategia que pasa por la reestructuración de la deuda.

La última propuesta de los acreedores, que proponían prolongar otros cinco meses el programa de ayuda de Grecia y un paquete de unos 12.000 millones de euros a suministrar en cuatro entregas hasta noviembre, a cambio de nuevos recortes y subidas de impuestos, fue lo que motivó el puñetazo en la mesa de Tsipras y la convocatoria de este reférendum.

Según un reciente informe del FMI, Grecia necesitará 50.000 millones de euros en los próximos tres años, para estabilizar sus finanzas.