Estados Unidos sigue sacudido por el fallo que exoneró a un policía que mató a un joven negro en Ferguson, que vivió una segunda noche de disturbios, mientras manifestaciones indignadas que denuncian discriminación racial se han extendido por todo el país.

Un total de 44 personas fueron detenidas la noche del martes al miércoles informó Jon Belmar, jefe de la policía del condado de Saint Louis, al que pertenece Ferguson.

Los manifestantes rompieron vidrios de la alcaldía, incendiaron un auto de policía y lanzaron piedras y un cóctel molotov, aunque Belmar indicó que “la noche estuvo mejor” y menos agitada que la vivida el lunes y la Policía no tuvo que utilizar gases lacrimógenos.

Ante la comisaria de policía, un grupo de exaltados manifestantes sostenía pancartas con mensajes como “no nos harán callar”, mientras los policías locales -apoyados por la Guardia Nacional- trataban de contenerlos.

El contingente desplegado en Ferguson por la Guardia Nacional fue triplicado y 2.200 efectivos de esa fuerza especial -conformada por militares de la reserva y que se utiliza para contener emergencias- patrullan ahora en Ferguson.

En la vecina ciudad de Saint Louis, los manifestantes quemaron un auto. Según balances de prensa, las protestas se registraron en más de 170 ciudades de 37 estados.

Las protestas se han extendido por todo el país, mientras el presidente Barack Obama condenó el uso de violencia. “Incendiar edificios, prender fuego a automóviles, destruir bienes, poner gente en peligro, no hay excusa para eso”, dijo Obama en una conferencia en Chicago. “Son actos criminales”, añadió.

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El detonante fue la decisión de un jurado que el lunes concluyó que el policía Darren Wilson actúo en legítima defensa cuando el 9 de agosto disparó repetidamente y mató a Michael Brown, un muchacho negro de 18 años y 1,90 de estatura, tras un altercado entre ambos.

En Nueva York, varias personas fueron detenidas por bloquear el tráfico, un método de protesta que se repitió en muchas ciudades aunque sin llegar a la violencia que tuvieron las manifestaciones en Ferguson.

Los Ángeles, Filadelfia, Boston, Washington, Atlanta y Seattle, entre otras grandes urbes del país, también fueron escenario de movilizaciones.

En tanto, en Cleveland se realizó una marcha de protesta por la muerte de un niño negro de 12 años, abatido el fin de semana por un policía cuando manipulaba un arma de juguete.

Benjamin Crump, abogado de la familia de Michael Brown lamentó que en “en cualquier lugar de Estados Unidos, en Nueva York, Los Angeles, en California, en Cleveland, los jóvenes negros sean asesinados por policías”.

Por su parte, el policía Wilson rompió su silencio y concedió una entrevista el martes a la cadena ABC en la que expresó que tiene “la conciencia tranquila” y afirmó que habría hecho lo mismo si se hubiese tratado de un joven blanco.

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El uniformado dijo que tuvo miedo a ser asesinado, pues creyó que Brown podía apoderarse de su arma policial para atacarlo. “Se dirigió hacía mí, pensé que iba a matarme”, dijo.

El abogado Crump cuestionó un sistema judicial “que no funciona” y lamentó que Wilson no pudiese ser sometido a un contrainterrogatorio. Además denunció que existe una “relación demasiado cercana” entre el fiscal que llevó el caso y la Policía de Saint Louis, pues se trata del hijo de un uniformado que fue asesinado por un hombre negro años atras.

El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, anunció que la decisión del jurado no cancela una investigación federal independiente que ya está abierta y que seguirá adelante, para establecer si se violaron los derechos civiles en el caso de la muerte de Brown y sobre la actuación de la policía de Ferguson.