Desde 1999 los niveles de prostitución callejera en Suecia han disminuido drásticamente, tanto así que se estima que la reducción de esta práctica va desde un 30 a un 50%, y por otra parte el reclutamiento de mujeres para ejercer prostitución prácticamente se ha detenido, pero ¿cómo Suecia logró ésto?

La respuesta a esta interrogante es mucho más fácil y lógica de lo que podemos imaginar: la penalización del cliente, no a quien se prostituye. Desde la perspectiva sueca, la prostitución es una forma de desigualdad entre mujeres y hombres, así como también un modo de ejercer violencia contra las féminas.

Por lo tanto, la compra de servicios sexuales es vista como una práctica que vulnera los derechos humanos y posibilita la trata de personas. Se debe tener en cuenta que parte de las mujeres que se dedican al comercio sexual en Suecia, provienen de Europa del Este.

A diferencia del resto de los países, en Suecia las prostitutas no son criminalizadas, sino que son ayudadas, para ello reciben apoyo de los servicios sociales, además de atención médica.

En la vereda del frente se encuentran los clientes, quienes al ser sorprendidos comprando servicios sexuales, son arrestados y arriesgan hasta un año de cárcel, pena que se puede evitar con el pago que una multa que va desde los 271 Euros, es decir, 200 mil pesos chilenos.

Cabe destacar que durante los primeros años desde la puesta en vigencia de esta normativa, la pena de cárcel era de 6 meses en caso de no pagar la multa, hasta que en 2011 se optó por elevar la condena a un año de presidio.

Surizar CC

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La medida sueca fue pionera en el mundo y rápidamente obtuvo buenos resultados, señalando que desde su entrada en vigencia, hasta 2011 la policía había detenido a 3.787, tal como consigna el diario español El País.

La disminución de la prostitución, a través de la penalización de los clientes, tímidamente ha sido replicada en países como Islandia y Noruega, en éste último las multas son de más de dos millones de pesos para los infractores.

Por su parte, en 2011, tal como informó BioBioChile, Francia reafirmó su intención de abolir la prostitución, para así ayudar y proteger a las mujeres que son obligadas a ejercer esta práctica, ya sea por carencias económicas o por la violencia de proxenetas. Sin embargo, la medida no estuvo exenta de polémica, ya que a ojos de algunas personas, esta normativa limitaba la libertad sexual y era de corte moralista, a pesar de esto, la normativa fue aprobada en 2013.

A pesar de que esta disposición ha eliminado casi completamente la prostitución de las calles suecas, la masificación de internet y teléfonos móviles han dificultado la lucha contra esta práctica, puesto que se ha convertido en la forma de contacto para la compra de servicios sexuales, siendo ejercido mayoritariamente por mujeres extranjeras, teniendo los hoteles el lugar de encuentro.