Los diputados de Francia aprobaron el martes a mano alzada una declaración que reafirma su “posición abolicionista” en materia de prostitución, cuando se espera que un proyecto de ley para castigar a los clientes sea presentado esta noche.

Dicha resolución, preparada por diputados de derecha y de izquierda y que ha recibido el apoyo de los dirigentes de todos los grupos políticos franceses, es una declaración de principio que no tiene valor vinculante.

La resolución recalca que el objetivo, a largo plazo, “es una sociedad sin prostitución” y que esta actividad “no puede ser en ningún caso asimilada a una actividad profesional”.

Su votación debe ser seguida esta noche por la presentación ante la Asamblea de un proyecto de ley que busca sobre todo penalizar al cliente, como ocurre ya en Suecia desde 1999, con el fin de reducir la prostitución.

Actualmente, la prostitución no es ilegal en Francia, aunque la justicia castiga con la cárcel y multas a los proxenetas y a las mujeres que atraigan a los clientes en la calle.

El debate sobre la prostitución vuelve sobre la mesa con regularidad en Francia, donde las casas de citas fueron abolidas hace medio siglo.

Los principios abolicionistas, adoptados por Francia en 1960, “deben ser proclamados alto y fuerte, en una época en la que la prostitución parece banalizarse en Europa”, afirma el texto.

Los diputados deberán votar sobre este proyecto de ley, que aspira a “demoler la idea que, bajo el pretexto de que la prostitución es ‘la profesión más vieja del mundo’, es inevitable”.

El debate sobre la prostitución se reabrió en una Francia aún impactada por el escándalo protagonizado por el ex titular del Fondo Monetario Internacional (FMI) Dominique Strauss-Kahn, que fue arrestado por intento de violación de una mucama, en mayo en Nueva York, antes de ser liberado.

Strauss-Khan ha sido también mencionado en el caso de la red de prostitución del hotel Carlton de Lille (norte de Francia), que también agita este país, considerado siempre muy libre en sus actitudes hacia el sexo.

Representantes del gobierno francés, entre ellos la ministra de Solidaridades, Roselyn Bachelot, se han expresado en favor del sistema sueco, que puede imponer hasta seis meses de cárcel a quienes recurren al comercio del sexo.

La resolución debatida en la Asamblea Legislativa francesa afirma que penalizar la prostitución es “el mejor camino para que disminuya en Francia, porque los países que solo la han regulado han registrado un aumento”.

Se estima que 20.000 personas trabajan en Francia como prostitutas.