Cuando nos esforzamos en pensar en ideas nuevas, rara vez se nos ocurren cosas geniales. Sin embargo, es común que asomen a nuestra cabeza pensamientos brillantes en los momentos más impensados como cuando estamos en la ducha, en el Metro o autobús, conduciendo o al rato después de haber terminado de discutir con alguien.

El problema es que muchas veces cuando intentamos rememorarlas más tarde, no recordamos las ideas tal y como eran originalmente.

La responsable de este fenómeno es un proceso llamado “red neuronal por defecto”, el cual se activa cuando realizamos actividades monótonas.

Según explica el diario español ABC, esto ocurre porque el cerebro entra en un modo de “desconexión”, en que la mente está despejada y las ideas fluyen. En este estado podemos soñar despiertos y pensar tranquilamente.

Lo contrario pasa cuando estamos trabajando o intentando resolver un problema, ya que hay más exigencia para el cerebro y se activa otra área llamada “task positive network (TPN)”.

Quien descubrió cómo funciona la “red neuronal por defecto” fue el doctor Marcus Raichle, él logró determinar que cerebro nunca deja de crear y que cuando se llega a este estado el consumo de energía disminuye apenas un 5%. Anterior a esto, los investigadores creían que el cerebro consumía mucho menos energía cuando el cerebro permanecía en esta especie de estado de “descanso”.

De acuerdo a la revista especializada Neurology, la red neuronal por defecto “es la más activa cuando el cerebro está en reposo. Cuando el cerebro se dispone a realizar una tarea u objetivo, la red por defecto se desactiva”.

“Debido a que la red de modo por defecto se activa en reposo y también por las estructuras implicadas, algunas personas han planteado que se asocia con el pensamiento introspectivo, incluyendo actividades como soñar despierto o recuperar recuerdos”, explican.