Desde Quilpué, Juan Carlos Silva Armijo nos envía esta imagen y la siguiente descripción:
Mi papá se preocupa de ayudar a mi mamá desde hace ya unos tres años. Hay una persona que los ve, les hace almuerzo, se preocupa de hacerle todas las atenciones a mi madre, pero a pesar de todo ello, hoy en día mi padre vive para mi madre.
Yo sé a ciencia cierta que si mi madre fallece, mi padre ya no tendrá ganas de vivir, a pesar que mi viejito tiene 89 años y mi madre 82, ella sufre de alzhaimer y demencia senil, y mi viejito sufre de una enfermedad en su estructura osea y tiene problemas de circulacion sanguinea, pero su mente, sus pensamientos y sus sentimientos están impecables.
Él está sano, todos los males que le aquejan son de su edad -lamentablemente- pero yo lo admiro por el amor que prodiga y el cuidado que le da a mi madre. De toda la vida me cuenta que la conoce desde los doce años; qué más puedo decir, si la vida lo dice todo, me pregunto ¿acaso no es digno de destacar?
Ellos son chilenos del campo y emigraron a la ciudad, mi papá desde niño -con sus pies mojados en las chacras- que cultivaba con mi abuelo; y cuando hizo el servicio militar, mi papá se quedó en la Infanteria de Marina y ahí cumplió hasta el final como Suboficial Mayor. Desde entonces siempre ha estado al lado de mi madre y tienen cerca de 8 años de diferencia, pero creo que es una muestra de amor a toda Prueba.
Agradeceré mucho si toman en cuenta esta humilde historia de amor, ya que sólo Dios sabe cuánto tiempo más estarán en esta tierra y doy Gracias a Dios por los padres que me regaló.
Juan Carlos Silva Armijo | Quilpué
