El índice de felicidad de los chilenos fue medido por primera vez en la Encuesta Casen, la que reveló que en una escala de uno a diez, el promedio de felicidad en Chile alcanza 7,2 puntos.

“La diferencia es significativa”, destaca el académico de la Facultad de Sicología de la Universidad de Talca, Emilio Moyano, sobre las cifras reportadas por el Ministerio de Desarrollo Social.

“La felicidad tiene que ver con estados emocionales. La satisfacción tiene que ver con una evaluación que tiene un componente emocional, pero sobre todo tiene un elemento cognitivo. Por ejemplo, alguien puede decir que está satisfecho con su nivel de vida pero eso no significa que esté feliz”, indica el profesional.

Moyano agregó que el peso que ha cobrado la felicidad como motor de desarrollo humano llevó incluso a que la OCDE recomendara incluir su medición en todas las políticas públicas. “La Organización sostiene que se debe medir el impacto que tienen sobre el bienestar real de las personas y no sólo a partir de indicadores externos”, precisó

En ese contexto, tras precisar que existen instrumentos para medir ambos conceptos, Moyano dijo que en Chile con la pregunta “¿Cuan satisfecho está usted con su vida en este momento?” en la Casen sólo se abordó una arista.

“No se pueden concluir cosas sobre la felicidad si no se ha preguntado. Entonces hay que ser cautelosos porque son dos cosas distintas y ha habido una tergiversación de la lectura y los datos. De felicidad no se ha medido nada”, sentenció.

Por otra parte, Moyano advirtió que si bien se dio a conocer el nivel de satisfacción, no ocurrió lo mismo con las cifras de insatisfacción. “Te ponen en un extremo de la curva, pero no en el otro”, comentó.