El ex presidente peruano Alberto Fujimori, que cumple una condena de 25 años de prisión por violación a los derechos humanos, no sufre de cáncer terminal según nuevos exámenes médicos difundidos el sábado por la prensa local.

Las pruebas se realizaron entre el 2 de septiembre y el 13 de octubre, pero recién se publicaron en un contexto marcado por los rumores periodísticos de un posible indulto humanitario a fin de año debido a un supuesto deterioro de salud.

Fujimori, de 73 años, no padece de cáncer ni tiene un tumor maligno, señalan los resultados de un conjunto de seis análisis médicos, que incluyen resonancias magnéticas y tomografías al estómago, tórax y cabeza a los que se sometió en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas de Lima.

Fujimori dijo en un mensaje de video en junio pasado que no padecía “cáncer terminal”.

“Seguiré en esta lucha para vencer esta enfermedad”, agregó en el video -obtenido por la AFP- que fue grabado en un hospital oncológico de Lima donde fue examinado.

La salud de Fujimori ha sido noticia en los últimos meses por los reiterados ingresos al hospital para supervisar la evolución de un tumor en la lengua, que lo acompaña desde fines de la década de 1990.

Además, sus familiares, entre ellos su hijos Keiko y Kenji Fujimori y su médico de cabecera, Alejandro Aguinaga, anunciaron que sufría de una severa depresión.

La familia Fujimori anunció la semana pasada que después de Navidad presentará formalmente al presidente Ollanta Humala una solicitud de indulto humanitario.

“Basta con ver a mi padre para darse cuenta de que su salud no está bien”, dijo Kenji Fujimori, que es congresista, a un programa de televisión.

Fujimori ha perdido 16 kg en los últimos cuatro años, según su médico personal, y fue intervenido a la lengua hasta en tres ocasiones desde 2009.

El presidente Humala declaró en junio que es partidario de un indulto por razones humanitarias, en caso de que la salud de Fujimori estuviese en riesgo.

El cardenal peruano, Juan Luis Cipriani, prelado del Opus Dei, abogó también por el indulto y anunció que visitaría a Fujimori en prisión antes del cierre de 2011.

El ex presidente (1990-2000) está preso desde 2007 en una base policial en Lima, a la que llegó extraditado de Chile. En 2009 un tribunal lo condenó a 25 años por el asesinato de 25 personas a manos de un escuadrón de la muerte del ejército en el marco del combate a la guerrilla izquierdista Sendero Luminoso.