El fútbol japonés espera organizar en los próximos diez días el mejor Mundial de Clubes, que llega a su octava edición (8-18 diciembre) y que regresa al país nipón tras dos años de ausencia, en los que el torneo se disputó en la capital de Emiratos Árabes Unidos, Abu Dabi.

“El Mundial de Clubes vuelve a Japón después de dos años. Esperemos que sea un torneo apasionante, el mejor de los disputados. Los aficionados japoneses lo han estado esperando con muchas ganas”, comentó este miércoles en una rueda de prensa en Nagoya el presidente de la Federación Japonesa, Junji Ogura.

De las siete ediciones disputadas anteriormente dos tuvieron lugar en Abu Dabi (2009, 2010), una en Brasil (2000) y el resto (2005 a 2008) en Japón, país que ya acogía la Copa Intercontinental, el trofeo que medía anualmente a los campeones de Europa y Sudamérica, hasta su desaparición en 2004.

En este 2011 el torneo tiene lugar con el recuerdo aún reciente del sismo de magnitud 9 y el posterior tsunami que sufrió el país en marzo y que ha provocado 28.000 muertos y 350.000 desplazados.

“Quiero agradecer a la FIFA (Federación Internacional) y a los participantes su cooperación y su confianza en nosotros”, apuntó el dirigente del fútbol japonés.

El presidente de la Comisión Organizadora del Mundial de Clubes, Chuck Blazer, también se mostró convencido del éxito del torneo y celebró que finalmente Japón haya sido la sede, siguiendo los planes previstos, sin que las tragedias naturales hayan forzado a ningún cambio de última hora.

“Es un placer volver a Japón. Ya estuve aquí en ediciones anteriores. Tenemos grandes expectativas antes de este campeonato”, explicó. “Es un país con una gran capacidad de acogida. Todo el mundo se siente muy cómodo en Japón porque son unos anfitriones extraordinarios”, apuntó.

Para Blazer, el objetivo también es seguir avanzando en la difusión, el desarrollo y la calidad del Mundial de Clubes.

“Este torneo ha ido cambiando mucho en los últimos años. Se espera ahora que la señal de televisión llegue a 209 países”, explicó Blazer, que considera especialmente importante la popularización del mismo y la llegada a nuevos públicos.

Respecto a las entradas para la actual edición, los organizadores explicaron que ya están vendidas las de los partidos de Yokohama (la semifinal que jugará el FC Barcelona, el partido por el tercer puesto y la final), y que aún quedan boletos para los encuentros anteriores, los que se disputan en Toyota.

Japón cierra con este torneo un 2011 para olvidar en la historia del país, pero que en el fútbol ha traído éxitos importantes, como la Copa de Asia en Catar en enero y el título mundial femenino en Alemania en julio.

“El fútbol en Japón cuenta cada vez con más impulso y popularidad. A nivel de clubes también queremos un fortalecimiento. Celebrar este Mundial de Clubes en Japón representa muchísimo para nosotros”, afirmó Ogura.

El torneo se disputará hasta el domingo 18, fecha prevista para el duelo por el bronce y para la gran final, en el estadio de Yokohama que albergó en 2002 la final del Mundial de selecciones, con triunfo de Brasil sobre Alemania (2-0).