Cada cierto tiempo aparecen nuevos términos y tendencias relacionadas con las nuevas generaciones y las relaciones personales. Uno de ellos es el ‘Orbiting’, conducta que hace un tiempo ha estado presente entre la población juvenil.
Las rupturas sentimentales o amistosas en esta era digital sencillamente ya no son como 20 años atrás. Hace algunos años se volvió popular el término ‘ghosting’ (de “ghost”: espectro o fantasma), una práctica dañina que consistía en terminar una relación abruptamente y ‘desaparecer’ de la vida de la otra persona, cortando todo tipo de comunicación.
Pues bien, de este término nace el ‘orbiting‘ (Orbitar), una conducta calificada como una versión más confusa y dañina para quienes la sufren, provocando un vínculo ambiguo.
‘Orbiting’
En 2018 ya se hablaba de esta situación camuflada. La periodista Anna Lovine, quien acuñó la expresión, explicó esta tendencia a BBC.
La persona que practica ‘orbiting’ te mantiene “suficientemente cerca para que ambos se puedan observar; suficientemente alejada para nunca tener que hablar“, menciona.
¿Qué quiere decir? La misma persona con la que tenías un tipo de relación amistosa o amorosa, de un momento a otro, cortó la comunicación directa, sin embargo, continúa pendiente de tus actividades en redes sociales e incluso interactúa con el contenido que entregas.
La persona no responde mensajes ni llamadas, pero continúa viendo tus ‘stories’, da ‘me gusta’ o incluso comenta tus publicaciones. Esta situación deja a la otra persona en una constante incertidumbre emocional.
La psicóloga Sol Buscio, explica a La Nación que el ‘orbiting’ es el acto de la presencia-ausencia, “en la que alguien sigue estando, aunque no se muestra del todo, y que tanto en él como en quien lo recibe puede resultar fatal”, detalla.
“A partir de esta conducta se activa en la víctima el mundo de la fantasía, imaginación y la ilusión”, señala Buscio.
¿Por qué ocurre esto?
Persia Lawson, experta en relaciones personales, dijo a BBC que muchos lo hacen para mantener abiertas sus opciones de relación.
“Se trata de tener un pie adentro y el otro pie afuera. Es una manera de mostrarte, ‘Mira, todavía estoy aquí’, sin tener que estar dentro de una relación”, explica.
Por su parte, la psicóloga Buscio menciona que existen múltiples variables para explicar esta situación, pero lo que más destaca es el poder del ego y el placer que provoca el saber que se tiene a la otra persona pendiente de cualquier señal que uno pueda o no ir entregando.
Terminar definitivamente este tipo de relación
Ante este tipo de relaciones, las expertas coinciden y recomiendan cortar la comunicación definitivamente.
“No te abras a eso“, aconseja Lawson. “Si te hacen obsesionar y enloquecer, bloquéalos. No pierdas el tiempo”, sostuvo.
“Si alguien evita el contacto directo, pero sigue ‘orbitando tus redes’, tal vez haya llegado el momento de cerrar ese ciclo. Como recuerdan desde el ámbito psicológico: la atención selectiva no sustituye a una relación real”, detalla el sitio El Confidencial.
Por su parte, Sol Buscio aconseja: “El que quiere estar cerca va a estarlo y el que quiere estar lejos también lo manifiesta. Las cosas a medias no sirven y estar orbitando puede desencadenar malestares como la ansiedad o la depresión en personas con bases más dependientes”.