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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

La doctora en psicología Annie Tanasugarn señala que las experiencias traumáticas en la infancia, como la falta de seguridad, autonomía y amor, pueden afectar negativamente las relaciones en la adultez. La falta de cubrir estas necesidades básicas puede llevar a patrones disfuncionales en la forma en que las personas se relacionan, como buscar seguridad en relaciones tóxicas o carecer de autonomía y autoestima.

Aunque puede haber muchas razones que expliquen por qué te cuesta establecer relaciones sanas o siempre “te dejan”, generalmente hay algo más profundo que la simple mala suerte.

La doctora en psicología Annie Tanasugarn, experta en trauma, explica en una columna en Psychology Today que hay ciertas necesidades básicas en la infancia que, cuando no son satisfechas adecuadamente, pueden afectar negativamente nuestros vínculos en el futuro.

“Muchos de nosotros hemos experimentado infancias que incluyeron (…) condiciones de vida inestables, violencia entre cuidadores, traición, abandono o abuso o negligencia emocional o física. Este tipo de experiencias traumáticas a menudo desencadenan un patrón en el que la inestabilidad, la imprevisibilidad o la inconsistencia conducen a que una o más de las necesidades básicas de un niño no se satisfagan”, comenzó explicando.

En este sentido, señaló que si bien mucho de cómo somos depende de la biología, el ambiente influye enormemente. Si las necesidades básicas de un niño son cubiertas, generalmente se forman adultos sanos que llevan relaciones románticas saludables.

No obstante, cuando esto no ocurre, se distorsiona la manera en que la persona reacciona en términos emocionales y conductuales. “Las experiencias traumáticas a menudo dejan a un niño con ‘agujeros’ en su desarrollo emocional que permanecen insatisfechos incluso cuando son adultos”, enfatizó Tansugarn.

“Por ejemplo, un niño al que se le permite hacer lo que quiera sin límites puede crecer desarrollando un aire de derecho donde cree que las reglas de relación no se aplican a ellos. De manera similar, un niño que es criado por padres emocionalmente negligentes o con cuidadores que no brindan cuidado, orientación o no permiten que el niño se sienta visto y escuchado, puede desarrollar un patrón en el que no se puede confiar en los demás y nunca proporcionarán el amor o la aceptación que necesita”, expresó.

Es decir, cuando hay necesidades no cubiertas en la infancia, estas carencias llevan a conductas y creencias disfuncionales que hace que las personas elijan relaciones tóxicas, “que resuenan como ‘familiares’ o ‘cómodas"”

3 carencias de infancia que pueden explicar por qué ahora te va mal en el amor

La experta explicó en su columna que hay tres carencias comunes que hacen que tus relaciones nunca se den bien.

1. Falta de seguridad

Se entiende por necesidad de seguridad que un niño se sienta en un ambiente “seguro”, confiable, donde hay previsibilidad (no incertidumbre), consistencia, cuidado y orientación.

“Si un niño no puede sentirse seguro en su entorno o confiar en que sus cuidadores estarán allí para ayudarlo de manera constante y confiable, estas heridas generalmente crean traumas de apego y problemas relacionales para adultos que pueden resonar con temores de intimidad emocional y vulnerabilidad”, dice Tanasugarn.

Cuando en la infancia se experimenta abandono emocional o físico o traición por parte de un padre o cuidador principal, esta necesidad no está cubierta o no es consistente.

“Esto puede preparar a una persona para una edad adulta de ‘perseguir’ la seguridad en sus relaciones románticas. Esta dinámica se ve comúnmente en la dinámica de ‘rescatador/víctima’, donde una persona que tiene necesidades insatisfechas puede buscar una pareja para ‘arreglarla’ o ‘salvarla’, o puede compensar en exceso la falta de sentirse seguro al ser controlador o un ‘reparador’ en sus relaciones”, indicó la especialista.

Asimismo, puede no sentirse “lo suficientemente bueno” o que “todos eventualmente los abandonarán”.

“En las relaciones románticas adultas, una necesidad insatisfecha de seguridad puede generalizarse a patrones de control, manipulación o un trastorno de la personalidad como el trastorno narcisista de la personalidad”, indicó.

2. Falta de autonomía

“La autonomía se define como nuestra capacidad de saber quiénes somos en nuestro núcleo y de actuar sobre nuestros propios sentimientos, creencias e intereses. Nuestro desarrollo del amor propio y la confianza en nosotros mismos son fundamentales para tener un sentido de autonomía”, planteó la experta.

En esta línea, la terapeuta indicó que cuando no se satisface la necesidad de independencia y autonomía de un niño, este puede sentirse no escuchado y controlado.

“Si a un niño no se le enseña cómo ser autónomo, tampoco se le enseña cómo establecer un sentido de identidad propia o cómo confiar en su juicio. Los esquemas mentales que pueden haberse desarrollado en la infancia como resultado de esta dinámica pueden incluir creencias de que son incapaces de cuidarse a sí mismos, o que se necesita que los demás busquen la respuesta ‘correcta"”, expresó.

La carencia de autonomía puede predisponer a un adulto a estar regularmente queriendo validación externa, convirtiéndose en una persona que busca complacer todo el tiempo en su búsqueda desesperada de aprobación. “Debido a estos déficits de necesidades, una persona puede parecer ‘pegajosa’ e incapaz de abogar por sí misma, puede no ser capaz de tomar sus propias decisiones o puede recurrir constantemente a su pareja para que tenga las respuestas”, explicó.

3. Falta de amor

La falta de amor puede manifestarse cuando los padres son negligentes, ensimismados, abusivos, críticos o ausentes, lo que puede “inculcar sentimientos de invalidación, no ser ‘lo suficientemente buenos’ o establecer un patrón de relaciones románticas patológicas como una forma de ‘apegarse’ a otro en un intento de satisfacer una necesidad insatisfecha de amor”.

Si un niño no se siente amado, puede que no llegue a comprender bien lo que es el amor.

“Los niños criados sin sentir amor pueden convertirse en adultos que confunden el sexo con la intimidad, la codependencia con el amor o el abuso con la conexión”, expresó.

En este sentido, “la falta de amor en la infancia puede poner a un adulto en mayor riesgo de problemas de salud mental, como depresión mayor, abuso de sustancias, baja autoestima o comportamientos compulsivos hacia el amor”, señaló Tanasugarn.

¿Te sentiste identificado con alguno de estos? Puede ser útil buscar ayuda psicológica para enfrentar y superar el problema.