En el desafío y la vorágine de las fiestas, no se puede olvidar que el foco de la Navidad está en los niños y niñas pero, sobre todo, que la posibilidad de estimular y desarrollar habilidades cognitivas y del lenguaje pueden ser mediadas por los “regalos del viejo pascuero”.

Claudia Figueroa, académica de la Escuela de Fonoaudiología de la Universidad Andrés Bello, entrega algunas propuestas que pueden facilitar la elección de juguetes útiles y entretenidos según la edad de nuestros niños:

Etapa de 0-6 meses:

Los objetos y juguetes sensorialmente llamativos son la clave. Para ello elija juguetes de texturas suaves, coloridos y sonidos no estridentes para llamar la atención de los bebés y guiarlos en acciones como tocar, escuchar o mirar, que son la base del desarrollo de estas etapas.

El tamaño de estos juguetes también es importante y una regla útil es entender que a los bebés naturalmente les llaman la atención los rostros, por lo que los juguetes debieran ser en esta proporción

Etapa de 6-9 meses:

Los juguetes asociados a esta etapa debieran ser todo aquello que representa objetos de la realidad. Aquí son útiles juguetes como teléfonos, animales, muñecos, etc.

En esta etapa el hito principal es buscar descubrir el uso de los objetos paulatinamente hasta el año de vida.

Etapa de 9 meses a 1 año 6 meses:

En esta etapa la representación de la realidad es un eje central de las actividades infantiles. Juegos de turnos en que activar una tecla permite respuestas luminosas, de movimiento o musicales son llamativas y útiles en el desarrollo.

De igual manera el jugar participar en una actividad solitaria o con otro es una posibilidad de incorporar juegos de autos (de buen tamaño), argollas, cubos, muñecos, etc. es útil en la progresión del desarrollo cognoscitivo en la mediad en que permitan representar un desafío de desarrollar el juego en conjunto con un otro.

Etapa de 1 año seis meses a 3 años seis meses:

Todos los juguetes pueden servir en la medida en que permitan ejecutar acciones guiadas como encajar, ordenar, hacer cómo en el juego de tacitas o de cocinar e incluso la incorporación de actividades más creativas como pintar o hacer masas.

La realidad puede ser representada en los juegos por lo que también animales y juegos que representan la casa son una buena idea.

La académica de la UNAB subraya que “en toda etapa es fundamental la supervisión adulta de tal manera de evitar riesgos de ingesta innecesaria y que también es necesario verificar la toxicidad del material de los objetos que se regalan”.

En el caso de textos infantiles, la experta destaca que “han sido estudiados ampliamente como excelentes mediadores del desarrollo del lenguaje y la cognición, por lo que la recomendación es que en etapas iniciales puedan utilizar los con texturas para luego ir progresando en el uso de personajes e historias más puntuales de estos que les permita a los niños ‘conversar’ de lo leído o por ejemplo pintar la historia”, concluye.