Hay perros que viven más de 20 años, otros llegan al promedio de 13 y unos no alcanzan a superar algunos meses por enfermedades. Sea cual sea el caso, Nicola Coyle (46), una enfermera retirada de Inglaterra, los recibe en su hogar para darle las mejores últimas semanas de su vida…. cuando están cerca de morir. Así lo promete en su página de Facebook, en donde registra sus aventuras con los perritos.
Tal como cuenta al medio británico Metro, la mujer oriunda de Mansfield (Nottinghamshire) creó el Hospicio Canino Grey Muzzle (que es su casa) en donde acoge a todos los caninos que han sido desahuciados ya sea por su edad o enfermedades terminales.
En vez de realizar tareas convencionales o llevarlos a lugares típicos como parques, Coyle sube a los perros a su auto y los lleva a restaurantes o sitios de comida rápida, en donde les sirve filetes, papas fritas, helados, etc.
Para que esta tarea sea más eficiente y personalizada, la enfermera sólo cuida dos perros a la vez y acepta a aquellos que les quedan menos de seis meses de vida, según el diagnóstico de un veterinario. “Nos centramos en los cuidado finales”, explicó al medio la mujer, que además de pasear a los caninos, les otorga las atenciones necesarias para disminuir su dolor. “Puede ser un trabajo absolutamente desgarrador, pero alguien tiene que hacerlo”, dijo Nicola.
“Creo que el perro que más ha estado con nosotros fue cerca de un año, y el que menos, unas 2 semanas”, detalló y expresó que cree que los caninos son abandonados porque sus dueños no quieren hacerse cargo de los gastos que conlleva un perro enfermo.
En tanto, Coyle también les celebra una fiesta de cumpleaños, a pesar que desconozca sus fechas de nacimiento. “No sabemos cuando son sus cumpleaños, pero les hacemos una fiesta a todos. Si se encuentran lo bastante bien, les llevamos a la playa a pasar el día y comen pescado y patatas fritas, y un helado”, explicó.
Nicola no realiza esta labor por sí sola. La mujer contó al medio que su gran apoyo en esta tarea son sus dos hijos adolescentes, Harry (14) y Olivia (15), quienes también se dedican a hacer felices a los caninos desahuciados. También tiene una mejor amiga, Lisa Emmans, que ayuda a los animales.
Respecto a los gastos, la profesional retirada invierte cerca de 500 libras (más de 400 mil pesos chilenos) en cada uno de los perros. El dinero lo obtiene por cuenta propia o por donaciones que le realizan a través de su cuenta de PayPal, aunque recién hace un año comenzó a recibir dinero.
“Recaudamos fondos para cosas como facturas veterinarias y cremación, o para que otras personas cuiden a sus perros hasta el final”, explicó.
A pesar de su noble tarea, también debe enfrentarse a un estremecedor y duro momento: la muerte. “Todos terminamos muy unidos a ellos, es algo emocionalmente intenso y claro que lloramos y estamos de luto. Necesitamos un descanso entre perro y perro”, expresó la rescatista que les hace un funeral a cada uno.
“Mis dos adolescentes son mi pilar, no podría hacerlo sin ellos. Vienen conmigo y se despiden cuando mueren. Incluso vienen al crematorio”, expresó y aseguró que optaron por cremar los cuerpos luego de enterrar a 20 en el jardín, y quedar sin espacio para sepulturas.
En tanto, su trabajo deja emocionantes postales de las últimas semanas de felicidad de cada uno de los perros que ha cuidado. “Soy una completa amante de los animales y no puedo soportar la idea de que pasen sus últimos días, semanas o meses sin el amor que se merecen. Puede ser realmente difícil, pero en última instancia es muy gratificante cuando puedes hacer que esos momentos sean especiales”, reflexionó.
Revisa aquí algunas fotos.
