Elizabeth Jobson es una joven británica, oriunda del condado de Durham, que estuvo obligada a vivir momentos duros en su vida: sus cercanos se burlaron de su peso durante gran parte de su adolescencia.

Su descripción del paso por la enseñanza secundaria es “absolutamente horrible”. Y es que presentaba trastornos de alimentación que la hacían, según contó al portal británico Daily Mail, esconder comida en su habitación para luego ingerirla en secreto.

Así fue como, hace sólo un año, llegó a pesar 127 kilos, una cifra bastante alta considerando los índices que miden en qué punto se diagnostica la obesidad.

Esta última enfermedad, de acuerdo al sitio especializado Medline Plus, se caracteriza por un “exceso de grasa en el cuerpo”.

Kennedy News and Media | Facebook
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“La obesidad se presenta con el transcurso del tiempo, cuando se ingieren más calorías que las que el cuerpo consume (…) Además, aumenta el riesgo de padecer diabetes, enfermedades cardiacas, derrames cerebrales, artritis y ciertos cánceres”, advierten en la página web.

Elizabeth se decidió a cambiar completamente su estilo de vida, cuando sus amigas la invitaron a unas vacaciones en Marmari, Turquía, que involucraban usar bikini.

“Estaba en mi segundo año en la universidad y todas mis amigas decidieron que íbamos a ir de vacaciones (…) Ellas son delgadas y llevarían bikinis y esas cosas”, dijo al portal inglés.

El grupo iba a ir en un año al paraíso turco, por lo que la mujer, que trabaja como profesora, se propuso bajar de peso en el poco tiempo que le quedaba.

“Fue entonces cuando perdí todo el peso”, contó Elizabeth. Logró bajar, en los 12 meses, cerca de 57 kilos.

Facebook | Elizabeth Jobson
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Para alcanzarlo, la británica aseguró que se autoimpuso un estricto “toque de queda” a las 18:00 horas para dejar de comer, y evitó guardar alimentos en su habitación.

Respecto de su nuevo cuerpo, manifestó que sigue “siendo la misma persona, con la misma personalidad y me gustan las mismas cosas (…) Es sólo que mi cuerpo ha cambiado por completo”.

Contó también que los mismos hombres que la molestaban por su apariencia, hoy intentan hablar con ella e invitarla a salir. “Los muchachos en la escuela secundaria que solían llamarme por sobrenombres y molestarme, siempre son los que ahora intentan hablar conmigo y esas cosas por la noche”, detalló.

Además, con el tiempo fue notando que muchos de sus cercanos estaban con ella porque, según dijo, era la “amiga gorda”. “Algunos de ellos no son mis amigos porque perdí peso y simplemente se alejaron (…) yo era la amiga gorda del grupo”.

Facebook | Elizabeth Jobson
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No obstante, para ella todo valió la pena, pues ahora está un poco más segura que antes con su cuerpo. “Pude ir de vacaciones y usar un bikini y todo lo que probablemente no haya hecho desde que tenía cinco años”, dijo.

Eso sí, su pasado, de vez en cuando, reaparece. “Es difícil porque me llevó un año perder todo el peso y me veía en el espejo todos los días, así que incluso ahora, al mirarme, todavía siento que soy bastante más grande que los demás“, sentenció.