Sólo semanas de vida tenía Noah, el primer hijo de la modelo Lisandra Silva y el bailarín Raúl Peralta cuando su madre debió defenderlo de un comentario en redes sociales.

“¿Por qué sus ojos son raros? la parte blanca del ojo, ¿tiene algo malo?”, escribió una cibernauta en un video del recién nacido. Silva no se quedó callada y respondió tranquilamente entregando una explicación al respecto. “Cuando pasan por el canal en un parto normal se le pueden romper algunos vasos sanguíneos. Es lo que le pasó a Noah, pero nada serio, en unas semanas desaparecerán”, replicó.

Sin embargo, otro mensaje parecido agotó su paciencia: “Deberías avergonzarte. Primero porque con la cara de berenjena que tienes y segundo porque un bebé recién nacido, debería recibir sólo amor y bendiciones. Personas como tú deberían desaparecer de Instagram”.

Pero esa no fue única vez que un comentario sacó de quicio a la modelo cubana. Previo a eso también tuvo que explicar por qué había decidido vestir a su pequeño con ropa colores rosa pastel. “Mi Noah tiene ropa de todos los colores. Y si su nombre termina con A en vez de terminar en O! ¿Cuál es el problema?! Todavía con esos prejuicios en el 2020?”, sentenció.

La influencer Nicole Putz, en tanto, también confesó que ha recibido duras críticas en redes sociales por mostrarse arreglada y con maquillaje tras dar a luz. “Me chocó y me impactó la reacción de la gente, mucha señora enojada así como ‘esta debe estar dejando la guagua sola ahí, mientras se encrespa la pestaña’”, contó hace un tiempo en el programa online de Jordi Castell.

“Somos muy conservadores socialmente y uno pensaría que no. Y sí lo somos (…) Si hay alguien que quiere dedicarse a su guagua y estar todo el día en pijama y que nadie la hinche, está perfecto”, afirmó. “Días con cara de poto también, pero no estoy preocupada del celular cuando pasa eso (…) Yo me arreglo y todo eso porque me entretiene”, cerró.

Aunque en mucho menor medida, la animalista Eliana Albasetti también ha enfrentado algunos comentarios poco agradables, especialmente por el nombre que eligió para su bebé de dos meses.

“Bloqueé a una recién. Le puse Luján a mi hija, y es un nombre no es tan común acá y me pusieron ‘ay, que feo nombre, pero ese nombre es de hombre’. Es mi hija. A mí me daría vergüenza ponerle eso a otra mamá”, reconoció a BBCL.

“Mala onda de la gente siempre habrá, sobretodo cuando te ven bien, cuando te ven que vas a tener un bebé y te ven feliz, pero eso no siempre pone feliz a todo el mundo”, declaró.

Pero a pesar de esas pocas excepciones, Albasetti afirmó que ha recibido más preguntas que críticas, especialmente en cuanto a la alimentación vegana que sigue. “A lo más han sido pequeñas cosas como: ‘no le saques los chanchitos de esa manera’ o ‘no lo pongas de esa forma’. Me han preguntado, ‘¿tu bebé es vegana?’ y ese tipo de cosas. Y ahí yo les explico, porque son más preguntas por falta de información… Y no me molesta porque es bueno que la gente quiera aprender”, añadió.

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Yamna Lobos, quien fue mamá en junio pasado, aseguró a BioBioChile que su caso ha sido diferente, y que no le ha tocado pasar por eso. “De los buenos comentarios rescato la buena onda y respondo, pero los malos los dejo pasar porque no me afectan”, confesó.

“Siempre parto de la base de que la gente que está detrás de esos mensajes no me conocen ni tienen idea de cómo es mi vida real. Además que siempre he pensado que la gente que se descarga y escribe comentarios así debe tener tantos problemas o trancas, o debe estar pasándolo tan mal, que en realidad no vale la pena ponerme a discutir, ni entrar en ese juego, menos virtualmente, porque creo que no lleva a ninguna parte”, añadió.

¿Pero de dónde nace esta actitud tan crítica?

Según la psicóloga y docente de la Unab, Pamela Soto, quien además es experta en familia, niñez y adolescencia, “existe un discurso dominante respecto a lo que es ser buena madre, que es un discurso que sobrecarga a las mujeres y que de alguna manera exime a los hombres de la crianza y que hace que sea muy fácil que se critique a la mujer”.

“A veces pasan cosas dramáticas y lo primero que hacen las personas que comentan, es decir ‘¿dónde estaba la mamá?"”, aseguró a BBCL. “Entonces creo que lo que hace falta es una responsabilidad social respecto de lo que es el cuidado y la crianza de los niños, y es una responsabilidad de todos. (Creo que hay que entender) Que ni las madres ni los padres son perfectos y me parece que el Estado también debería tener una posición respecto a la protección de los derechos de los niños, y hasta el día de hoy no tenemos esa ley”, añadió.

Catalina Cubillos, docente de la Escuela de Psicología de la Universidad Finis Terrae, añade en que hay una gran equivocación al creer que “existe una verdad universal en el modo que se debe vivir la maternidad”.

“En esta afirmación encontramos un error ya que esto se relaciona más bien con una abstracción de lo que es la maternidad del tipo: ‘la maternidad debe ser con colecho’, ‘la maternidad debe ser con la guagua colgada’ o debe ser… etc. Se pierde de vista que no existe una sola forma de ser madre, sino tantas maneras como madres y que dependen de una relación única que se da entre la madre y cada uno de sus hijos, que son personas únicas, singulares e irrepetibles”, dijo a este sitio.

Asimismo, para el director del Centro de Psicología Integral de la Persona (CPIP) de la U. Finis Terrae, Crhistian Schnake, responder radicalmente a qué motiva a una persona a realizar este tipo de comentarios “sería desconocer las enormes diferencias que existen en las intenciones de cada sujeto”. “Sin embargo puede ocurrir que en algunas críticas o, mal llamados, comentarios, lo que exista es una necesidad de reafirmación de sus propias creencias, que se ven cuestionadas por el otro y que de causar buenos resultados, podrían hacer tambalear sus propias convicciones”, teorizó.

Schnake también agrega que “el ‘comentario’ y la crítica, habitualmente no nacen del amor hacia el otro, muchas veces ni siquiera nos interesa conocerlo, surgen más bien de un espíritu de dominio y control, que deshumaniza las relaciones. El dominio, la manipulación el ‘sapear’ en la vida de los demás, crean incomunicación y violentan al otro”.

Pero ¿por qué a algunas personas les cuesta tanto aceptar una maternidad diferente?

Para Cubillos, esto “tiene que ver con una inseguridad en que tuvieras que apoyarte en una ley universal que te permita seguridad para actuar bien, desconociendo que la mejor manera de ser madre es conocer en profundidad al hijo y buscar el bien que necesita cada uno en la relación particular para crecer, sin descuidarse ninguno de los dos”.

El lado sociológico

Según Mauricio Salgado, sociólogo y director de la Carrera de Sociología de UNAB, hay tres elementos que podrían explicar este fenómeno. “En primer lugar en las redes sociales están más difusos los límites entre la vida pública y la vida privada, y eso termina por naturalizar la cultura del ‘fisgón’. Todos nos transformamos en fisgones de la vida íntima de las otras personas y una vez que ese límite se borra es más fácil también hacer comentarios de las elecciones individuales de las otras personas”, aseveró a BBCL.

“En segundo lugar, las redes sociales a diferencias de las interacciones cara a cara, fomentan un alto grado de la moralización. Moralizamos las elecciones individuales de otras personas. Los padres no se arriesgan ser cuestionados cuando transitan con sus hijos por las calles, eso no ocurre en redes sociales, porque no hay cercanía con las otras personas, entonces es más fácil moralizar sus decisiones y es más fácil indignarse moralmente por las decisiones que no se adecuan a nuestros estándares, y en general, la indignación moral se traduce en hostilidad”, añadió.

“Y en tercer lugar, cuando queremos herir a una persona con palabras, nos enfocamos en una dimensión de su vida o apariencia que realmente le genere dolor a esa persona. Eso es particularmente cierto para personas con roles de padre o madre. ‘Cuando queremos herir a otra persona, la cuestionaremos, en cuánto a que es mala madre"”, cerró.

A esto Soto agrega también que “las redes sociales han venido a reemplazar las formas del debate público, donde aquellos temas que son complejos para la sociedad se debaten en redes sociales, que tienen esa característica, donde en el fondo se expone mucho la persona, y bueno, al aceptar estar ahí se acepta estar expuesto a la opinión de otros”.