Esta tradición italiana ha conquistado el mundo, especialmente a Perú, el país con mayor consumo de panettone per cápita del mundo, con más de 1 kilo por persona.

El mundo ya entró en modo Navidad, a pesar de que aún quedan algunas semanas para festejar. Sin embargo, muchos ya se están preparando con los regalos y la comida.

Al clásico pan de pascua y cola de mono, dos tradiciones infaltables en Chile, en los últimos años también ha crecido el consumo de panettone.

¿Qué es el panettone?

Básicamente, es un bizcocho alto de origen italiano que, dependiendo su estilo, incluyen o no pasas, frutas confitadas o chispas de chocolate.

Esta tradición italiana ha conquistado al mundo, especialmente al Perú, país con mayor consumo per cápita de este dulce, con más de 1 kilo por persona.

Brasil es el tercer mayor consumidor con cerca de unos 440 gramos per cápita anual, seguido por Argentina y Uruguay.

“El Panettone, es un clásico en la mesa del mundo, una tradición que de a poco Chile ha ido incorporando”, explica un vocero de Bauducco, marca de panettone más vendida a nivel mundial.

El origen del panettone

Durante el inicio de la Navidad de 1495, la corte del duque Ludovico Sforza – señor de Milán desde 1494 hasta 1500- estaba celebrando un grandioso banquete.

Cuando llegó la hora del postre, el chef se dio cuenta de que los panquecillos que había horneado estaban quemados.

Él había encargado la tarea de vigilarlos a un joven lavaplatos llamado Antonio, al que apodaban Toni, quien se quedó dormido.

Antes de eso, sin embargo, había juntado todas las sobras del postre para preparar un pan dulce que llevaría a casa.

Frente a la desesperación del chef, Toni ofreció su humilde pan para servirlo a los invitados.

Se trataba de un pan dulce muy alto, con fruta confitada y mantequilla. El cocinero, al no tener otra opción, aceptó la oferta y lo sirvió al duque.

Jamás pensó que al hombre le encantaría el sabor y que de inmediato quiso conocer a su creador. El postre, al no tener un nombre en particular, comenzó a ser llamarlo por el duque como Pane de Toni, en honor a su creador.

El tiempo transformó el Pane de Toni en panettone y comenzó a dar vuelta al mundo, llegando con fuerza a América Latina.