La focaccia es pan italiano, se ha transformado en una tendencia entre los fanáticos de la comida del país europeo.

Chile es uno de los grandes consumidores de pan en América Latina. De hecho, según datos de la Federación Chilena de Industriales Panaderos (Fechipan), las cifras que van desde los 88 a 90 kilos per cápita.

El tiempo, también ha permitido que no se queden solo con las hallullas y las marraquetas, sino que también se atrevan con otras variedades, incluyendo la famosa focaccia, que es una alternativa al pan horneado y elaborado con una masa simple de harina, aceite y agua.

También conocida como fugassa, la focaccia es una especie de pan plano cubierto con hierbas y otros elementos que pueden ser dulces o salados.

“La focaccia es un tipo de pan plano que generalmente se aliña con aceite de oliva y hierbas como el orégano, el romero o el tomillo, así como con vegetales como las aceitunas o el tomate seco, lo que lo transforma en un plato ideal para disfrutar a cualquier hora del día”, asegura Angelica Salerni, dueña y creadora de Lady Focaccia, el primer restaurante de este tipo de pan en Chile.

Pizza o focaccia

La receta original viene de la cocina italiana, y tiene muchas similitudes con la pizza, pudiendo comerse a cualquier hora del día o de la noche, con las combinaciones que más te gusten.

A diferencia de la pizza, la focaccia tiene forma rectangular y su grosor es mucho más ancho que el de una pizza, por lo que su tiempo de horneado es mayor. Asimismo, su interior cuenta con muchas especias, que le entregan un sabor único y profundo.

“La gente está buscando este tipo de opciones por su gran versatilidad, tanto por ser dulces o saladas, hasta por transformarse en alternativas para picoteos o comerlos en la vida diaria”, agregó la experta.

¿Te atreves a hacerla en casa? Revisa la receta de Virgnia de María:

Focaccia de cebollas y camembert

Ingredientes

1 ½ taza de agua tibia
1 cda de levadura instantánea
1 cda de orégano fresco
1 cdta de azúcar
1 cdta de harina
1 queso camembert
1 rama de romero
½ kilo de harina
¼ de taza de agua tibia
2 cdtas de sal
2 cebollas medianas
Aceite de oliva
Sal y pimienta recién molida.

Preparación

1. En un pocillo mezclar la levadura con los demás ingredientes del leudo. Dejar activar la levadura en un lugar tibio por unos 15 minutos.

2. Con la harina, hacer un cerro sobre el mesón, hacer un agujero en el centro formando una corona, poner en el centro de la harina, el leudo y por el borde exterior la sal.

3. Empezar a mezclar desde el centro e ir agregando el agua tibia, una vez se haya formado una masa, amasar por unos 10 minutos, hasta que la masa esté elástica y muy suave.

4. Poner la masa en un bol limpio y taparla con un paño de cocina, dejar reposar la masa en un lugar cálido por unos 30 minutos.

5. Poner la masa sobre una lata con aceite de oliva y estirarla con los dedos, volver a taparla con el paño y dejarla fermentar hasta que doble su tamaño.

6. Mientras la masa fermenta. En un sartén caliente con aceite de oliva, saltear la cebolla hasta que esté dorada, condimentarla con orégano, sal y pimienta. Reservar.

7. Una vez haya doblado su tamaño, volver a estirarla con los dedos dándole la forma deseada, poner la cebolla sobre la masa, agregar el romero y rociar más aceite de oliva, dejar reposar por 25 minutos en un lugar tibio.

8. Hornear a 180 grados por 20 minuto o hasta que este dorada. Sacar del horno y poner trozos de queso camembert.