Tener el abdomen hinchado después de comer, para muchos ya forma parte de su proceso digestivo. Sin embargo, esta hinchazón no es normal y funciona como una señal sobre el efecto negativo de algunos alimentos en el cuerpo.

Al respecto, la sección de salud del diario El País consultó a un experto que apuntó al “culpable” de esta molesta reacción: los FODMAP.

El inmunólogo Eduardo Arranz, del Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM), un centro mixto de la Universidad de Valladolid y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), explicó que los FODMAP son “un tipo de carbohidratos de cadena corta –oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables (de ahí las siglas)–” que son mal absorbidos por el intestino delgado y que terminan descomponiéndose en el cuerpo.

“Permanecen durante un tiempo en el intestino -primero en el delgado y si se resisten a ser digeridos, en el colon- y atraen agua, con lo que se produce un aumento de volumen. De la misma forma, revolucionan la microbiota (conjunto de microorganismos que se localizan en el cuerpo, también llamados “flora intestinal”), formando el molesto gas.

El problema de estos carbohidratos es que están disponibles en gran parte de los alimentos. Tal como detalló la nota, está en los cereales (trigo y centeno), los edulcorantes (polioles), la leche y sus derivados (disacáridos, entre los que se encuentran la sacarosa, la maltosa y la lactosa) e incluso en las las verduras y legumbres (oligosacáridos) y las frutas y miel (monosacáridos: glucosa, galactosa y fructosa).

U.S. Department of Agriculture CC0
U.S. Department of Agriculture CC0

Si bien no se pueden eliminar estos alimentos de la alimentación, si se ideó una dieta que ayuda a mantenerlos “bajo control”, en especial a quienes sufren de colon irritable, reflujo gastroesofágico, sensibilidad al gluten no celíaca y otros padecimientos que inflaman los intestinos.

“Contribuye a la reducción de síntomas como distensión y dolor abdominal, se hace por un tiempo limitado y luego se van incluyendo alimentos, pues en algunos casos puede generar estreñimiento y deficiencia en la ingesta de algunos micronutrientes”, explica la nutricionista Giselle Muñoz, especialista de la Clínica Las Condes.

Esta dieta ayuda a sentir mejoras entre 4 a 6 semanas una vez comenzada, luego se incluye un plan variado. Al respecto, Arantza Ruiz de las Heras, nutricionista del complejo hospitalario de Navarra, detalló a la revista de salud y bienestar WebConsultas, cuales son los reemplazos a los alimentos y las eliminaciones que deben realizarse para lidiar con estos problemas.

Respecto a las harinas, la experta recomienda preferir harinas más finas, como las mezclas sin gluten, harina de papa, arroz, maíz, mijo o quínoa. Evitar en grandes cantidades el trigo, el centeno y las legumbres.

En tanto, en verduras y hortalizas es mejor elegir espinacas, tomate, zanahoria, pepino, pimiento y kale. Evitando el brócoli, alcachofas, coles de Bruselas, ajos y cebollas, que son las principales gatillantes de las molestias digestivas.

En relación a las frutas, aconseja optar por el melón, la uva, la naranja, el kiwi, la piña, berries y los plátanos más verdes. Evitando así las manzanas, peras, mango y sandía, por ejemplo.

La experta recomienda evitar los edulcorantes terminados en “ol” (como sorbitol y xilitol), que está mayoritariamente en dulces light (helados, chocolates, etc). Y también aconsejó elegir los lácteos sin lactosa.