En cinco días de viaje, Córdoba ofrece un sinfín de actividades y atractivos turísticos por conocer. En esta oportunidad el principal destino era Traslasierra, en San Javier y Yacanto, una localidad emergente, segura y con potencial para continuar desarrollando el eno y ecoturismo. A los hermosos paisajes se suma la calidad de sus habitantes, en el pueblo encuentras personalidades deslumbrantes y gentiles, todos optimistas con la llegada de nuevos visitantes.

A 220 kilómetros al oeste de Córdoba, en Argentina, está ubicada la localidad de San Javier y Yacanto, justo en medio del valle de Traslasierra. Sus paisajes, los viñedos, la artesanía, pero por sobre todo la calidez de su gente, lo convierten en un destino ideal para quienes buscan alejarse -aunque sea por unos días- del bullicio de las grandes ciudades y reencontrarse con la naturaleza.

El viaje comenzó en Córdoba capital, donde a través de circuitos guiados tienes la oportunidad de conocer los lugares más importantes del centro de la ciudad, en un recorrido que dura una hora y media y que se hace en un bus inglés de Córdoba City Tour.

RECORRIDO CALLES DE CORDOBA
Daniela Salgado | BBCL

Luego fue el turno de recorrer el Paseo del Buen Pastor, en avenida Hipólito Yrigoyen, el corazón del Barrio Nuevo Córdoba, donde el complejo cultural ofrece una diversidad actividades artísticas y recreativas al aire libre.

Actualmente, es un lugar de encuentro para los universitarios; pero durante casi 100 años funcionó como un asilo y cárcel de mujeres, a cargo de la congregación Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor de Angers.

Entre los atractivos del Paseo está la fuente de aguas danzantes en calle San Lorenzo, donde además hay dos estatuas de íconos del cuarteto cordobés: La Mona Jiménez y el Potro Rodrigo. Pero no es lo único, en las cercanías está la iglesia de Los Capuchinos, que presenta una interesante dualidad, mientras al interior del templo hacen misas tradicionales, al exterior se bendice a las mascotas.

Rodrigo El Potro y Mona Jiménez
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Otro de los imperdibles es el Barrio de Güemes, un polo cultural, gastronómico y bohemio, que cuenta con uno de los lugares más visitados por los turistas, el Paseo de las Artes, donde puedes encontrar reliquias, libros y mucha artesanía.

Traslasierra: aventura, vinos y seguridad

La siguiente parada fue conocer el Valle de Traslasierra, una localidad distante de Córdoba que encanta con sus paisajes y el enoturismo.

Una buena alternativa para llegar es hacerlo mediante el Camino de las Altas Cumbres, considerada la tercera maravilla artificial de Córdoba y que posee casi 100 kilómetros de extensión. Así es como llegamos a San Javier y Yacanto.

En el pueblo viven 6 mil habitantes y se destaca por la seguridad. Una muestra de eso es que los residentes dejan estacionadas en la plaza principal sus motocicletas con los cascos incluidos y nadie pensaría en robarlos.

Plaza de San Javier y Yacanto
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Tal como ocurre en localidades pequeñas, la amabilidad de sus habitantes queda en evidencia con sólo dar un paseo. Todos se conocen y saludan fraternamente, entre ellos el joven intendente Segundo Martín García, quien además es integrante de una banda local y anima las actividades recreativas de la ciudad.

La vida en torno a la plaza es simplemente alucinante. En una esquina está emplazado el Bar y Forrajería la Merced Pulpería o más popularmente conocido como el “Bar de Mario”, declarado de interés turístico y cultural en diciembre de 2022.

Mario Giménez es la segunda generación a cargo del local que comenzó a funcionar en 1980 por su madre, Olga Oviedo Giménez. En la misma calle está la carnicería cuyo dueño es su padre y un supermercado de propiedad de su hermano.

Bar donde mario
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El bar, tal como describe Mario, quedó detenido en el tiempo, lo que le entrega una mística y atractivo especial. Sus fieles clientes, algunos de los cuales están retratados en cuadros en la fachada del recinto, comienzan a llegar pasadas las 10:00 horas, cuando se abren las puertas al público y ahí se quedan gran parte de la jornada. Es más, hasta tienen asientos reservados.

Siempre abro en la mañana a las 10 o 10 y media y nos quedamos hasta el último que se va en la noche, a eso de las 2, 3, o 4 de la mañana, dependiendo del movimiento de gente”, reconoció.

El dueño destaca la libertad que tienen sus clientes para divertirse y hacer propio el espacio: “Acá el que quiere comer asado, come asado. Cada dos o tres días se junta la gente y come un asado; y el fin de semana saco música para que la gente baile afuera, en la calle”, añadió.

Y efectivamente, a un lado de la calle se instalan las mesas, está la parrilla y ahí mismo se arma la fiesta mientras disfrutan del fernet.

Próximo a la plaza, a sólo 50 metros, en Camino al Champaqui 57, queda el Café de Montaña, de especialidad y que también ofrece pastelería artesanal, bombonería, quesería y productos gourmet. Los alfajores son su producto más cotizado.

Su dueño, Fabián Mateu, instaló el recinto hace 4 años, otorgando identidad y calidad a los productos y servicios que se ofrecen San Javier.

Café de Montaña
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Hotel Yacanto

En la visita, que duró tres días, nos alojamos en el Hotel Yacanto, el único de la zona que cuenta con cancha de Golf y que data de la década del 20. Julio Madero, dueño y gerente del lugar, contó a BioBioChile que la construcción surgió en medio del auge del ferrocarril que traían los ingleses, donde los trabajadores buscaban espacios para disfrutar de sus vacaciones.

Luego que Juan Domingo Perón nacionalizara los ferrocarriles y se produjera la caída del mismo, la familia de Julio asume la concesión de la finca en 1966, manteniendo la construcción original y el mobiliario. “Yo nací acá y viví acá siempre junto a mis cinco hermanos”, añadió.

Hotel Yacanto en traslasierra
Hotel Yacanto – Instagram

Madero indicó que San Juan y Yacanto es una zona emergente, que depende mucho del dólar y se ven fuertemente afectados por la inestabilidad del país. “Un hotel como el nuestro, si lo llevamos a dólares, en temporada baja está costando 50 a 60 dólares por día. Para el tipo de hotel que somos es realmente barato”, explicó.

Al año reciben entre 14 mil a 15 mil pernoctaciones, con una capacidad máxima de 100 personas por día. Además del golf, cuenta con piscina, más de 9 hectáreas de naturaleza, áreas para niños, canchas de paddles, tenis, ping-pong y mini fútbol, entre otros atractivos.

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Enoturismo: la apuesta de Traslasierra

Hace varios años que Traslasierra está recuperando su tradición vitivinícola, brindando al turista circuitos de los principales viñedos. La ciudad cuenta con tres bodegas de primera calidad.

Bodega Piedra Mora

Piedra Mora es una bodega de 25 hectáreas de ecoarquitectura y autosustentable, ubicada en La Campiña, cuyas viñas se plantaron por primera vez en 2019.

José Antonio Zarco, dueño de la viña, llegó a Traslasierra en 2007, donde trabajó en distintos oficios: vendió insumos rústicos, instaló un aserradero y se desempeñó como asesor inmobiliario. En ese último rol es que compró el terreno en el pueblo Achiras Abajo, donde junto a la enóloga Elina Gaido construyeron la bodega.

“Compré 1200 plantas y las planté en mi casa en 2017 y luego teníamos uvas, así que empecé a madurar la idea de hacer algo más grande para compartir con gente… En 2019 plantamos acá en La Campiña”, recordó Zarco.

Tal como indicó, su idea era contar con el espacio para disfrutar con amigos y que Gaido pudiera crear sus vinos, pero en 2021 los turistas comenzaron a llegar espontáneamente al viñedo. “Comencé a vender vinos sin etiqueta porque los mismos visitantes nos lo pedían. Después se hizo la marca”, afirmó.

Piedra Mora ofrece Malbec, que es la variedad más cultivada en Argentina; Bonarda, la segunda cepa de tinto más importante del país; y Tannat, uno de los más importantes de Uruguay.

Los visitantes pueden hacer una visita guiada por viñedos y bodega, con degustación de los vinos que ellos elaboran; y la segunda alternativa es también una visita guiada, con degustación de tres vinos de Córdoba y de productos locales.

Bodega Piedra Mora
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Bodega Noble San Javier

Con más de 10 premios, la Bodega Noble de San Javier, que incluye una hostería de siete habitaciones, es una de las más reconocidas y destacadas de la zona.

En 2001, la familia Jascalevich se instaló en Traslasierra por su suelo virgen y la altura 900 metros sobre el nivel del mar, y un año más tarde comenzaron a sembrar y cosechar cepas, siendo los primeros en retomar la actividad que estaba olvidada en la zona.

Bodega Noche de San Javier
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Actualmente, cuentan con tres hectáreas en producción y cuatro varietales: Malbec, Merlot, Syrah y Cabernet Sauvignon. La primera es la de mayor producción, ya que es la cepa más consumida por los argentinos.

El enólogo Rodrigo Rivas dijo que “hacemos en promedio entre 20 mil a 21 botellas anuales, equivalente a 17.500 litros de vino. El nicho de mercado nuestro es acá (San Javier), el 80% de venta directa en el Valle, el 15% a Buenos Aires y un 5% a Córdoba capital”.

Bodega Noche de San Javier
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Esta bodega abre sus puertas y ofrece sin cargo un servicio de visita guiada por el viñedo. Además, se puede disfrutar de una experiencia enológica con degustación y picada incluida.

Bodega Aráoz de Lamadrid

La bodega Araóz de Lamadrid forma parte de la ruta del vino de Córdoba y está ubicada en la finca El Tala, donde se elaboran artesanalmente vinos tintos, blancos y rosados. Además, posee un jardín botánico y habitaciones para hospedaje.

Cuentan con diez cepas tintas: Malbec, Syrah, Tannat, Petit Verdot, Ancelotta, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Monastrell, Garnacha y Marselan; y dos uvas blancas: Chardonnay, y Viognier.

La viña de Goyo Aráoz comenzó en 2013 con Malbec y Syrah. Un año después se agregaron cuatro variedades tintas de Cabernet Sauvignon, Anchellotta, Petit Verdot y Tannat. En 2016, se incorporó Cabernet Franc y Chardonnay, como la variedad blanca.

Elaboran vinos jóvenes -sin crianza- blancos, rosados y tintos, y vinos tintos de guarda criados y madurados en barricas francesas, ovoides, clayvers y huevos de concreto.

Bodega Aráoz de Lamadrid
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Respecto al área hotelera, tienen 6 habitaciones dobles y una cabaña para 5 personas, todas construidas en armonía con el ecosistema.

En sus doce hectáreas –con diseño paisajístico– se observan estanques con plantas acuáticas, como lotos y nenúfares fucsias y naranjas. A esta postal se une un monte autóctono único y sus increíbles viñedos, trabajados de manera natural con productos de la agricultura orgánica.

Ecoturismo: senderismo y paisaje serrano

El ecoturismo es otra de las ofertas que ofrece Traslasierra. Así fue como nos embarcamos en una de las travesías más complejas: llegar al piedemonte emplazado a 1400 metros sobre el nivel del mar.

Puesto Ferreyra es el destino y para alcanzarlo se debe caminar por aproximadamente dos horas, en senderos, con el sol de frente y un punto fijo de meta, la bandera flameando a kilómetros de distancia.

A paso lento, pero seguro (en mi caso), el paisaje de la sierra es imponente y simplemente espectacular. El guía de Eco Champaqui Turismo Activo nos presenta la vegetación nativa y la exportada, así como también las hierbas aromáticas y medicinales.

Una vez en el lugar nos recibe la familia de Hernán Ferreyra, compuesta por seis personas. Allí nos ofrecen bebidas y un rico pan amasado.

Tras reposar y recuperar energías, la caminata continuó hasta la Hoya del Tabaquillo, profundos pozos ideales para paliar el calor y donde sólo los más valientes se atrevieron a darse un chapuzón.

Uriel Borgognoni y Victoria Rizzo, son una pareja proveniente de Buenos Aires que participó del trekking tras recibir una recomendación de un amigo.

“Me gusta mucho practicar actividades al aire libre, trekking, senderismo, pero acá lo que me sorprendió fue el paisaje, la conexión con la naturaleza, el esparcimiento y la sensación de paz y libertad”, dijo Borgognoni respecto a la experiencia.

Misma opinión tuvo Rizzo, aunque en su caso, lo que más le gustó fueron los pozos: “Lo necesitaba por el calor, pero todo el paisaje estaba muy lindo”.

El agua abre el apetito, así que la familia Ferreyra esperaba a sus comensales con almuerzo.

Luego se emprende el regreso por un camino alternativo de helechos y arroyos.

Ferreyra san javier
Daniela Salgado | BBCL