Un hombre tomó la decisión de salir de una zona amenazada por la guerra entre Ucrania y Rusia. El camino no lo emprendió solo. Su amigo de cuatro patas no podía, bajo ningún motivo, quedarse atrás. Sin embargo, al llegar a Ezeiza, la realidad lo golpeó en la cara.

Tiene un año y medio, una edad perruna para no comprender cosas, como la guerra o el por qué enfrentó la deportación siendo un can.

Esa es la historia de Coco, un peludo que salió de Hungría, la vecina de una Ucrania devastada por la invasión rusa, pero en compañía de su humano y confiando en que la travesía les daría paz.

No fue así. Al llegar a Ezeiza, en Buenos Aires, las autoridades aeroportuarias emprendieron su listado de requisitos para la entrada de Coco. Eran las de rigor, pero los viajeros procedían de una zona que los traía anímicamente agotados.

Resulta que el perro no contaba con un documento vital para su ingreso, más sí con una alternativa que en suelo argentino no bastó.

Lo anterior dio paso a una serie de complicaciones y a una separación que se hizo eterna, a pesar de durar semanas, según lo informado en el medio trasandino Perfil.

Coco no tenía un certificado de vacuna antirrábica por lo que enfrentó la deportación.
Perfil / Argentina

“Liberen a Coco”: la indignación por el perro que enfrentó la deportación

Un perro fue tendencia en las redes sociales argentinas en las últimas semanas. Su historia lo permitió, pero no era la más feliz, pese a que Coco escapó junto a su humano de la emergencia causada por una guerra ajena: “Salí a las corridas por el estado de alarma”, aseguró.

Cuando Franco decidió regresar a su país debido a un estado de emergencia que se decretó en Hungría, lo hizo con su mejor amigo de cuatro patas. Preparó todo para el retorno, obligado por los cañones. No obstante, el 25 de mayo pasado se habían cumplido 9 días desde el vencimiento de la vacuna antirrábica del pequeño perro.

Para solventar el impasse, o al menos así lo creyó, el hombre llevó con él un certificado de un veterinario húngaro, asegurando que estaba sano y no tenía rabia.

Lee también...

Error. En el aeropuerto de Ezeiza el documento no tenía ninguna validez, por lo que Coco enfrento el insólito escenario de la deportación. Eso fue lo que le plantearon a su humano al llegar a su país.

Franco escuchó la idea de que su mascota fuera devuelta sola a Hungría, donde no había nadie que lo recibiera. El humano de Coco es padre de una niña, pero ella y su madre están en Argentina. Entonces, al can no lo volverían a ver.

“Me lo quieren mandar afuera y no tengo nadie que lo recibe, se me va a morir de aeropuerto en aeropuerto”.

Una publicación en redes sociales contando lo sucedido, se volvió tan viral como emotiva. Miles de personas expresaron -ahora sí- su rabia por lo que consideraban una falta de criterio contra el viajero de cuatro patas.

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), confirmó su acción.

“Llegó al país sin su certificación sanitaria y sin la protección antirrábica correspondiente. Se informó al pasajero que viajaba con el animal, del procedimiento y la necesidad de que vuelva al país de origen para completar la documentación faltante”, dijo en la institución en un comunicado.

Sin embargo, y al parecer, la opinión pública hizo su magia. El hashtag #LiberenACoco entró en acción y en la terminal aérea cambiaron de parecer, para bien del perro.

"Liberen a Coco": miles expresaron indignación en Argentina por la posibilidad de que fuera deportado a Hungría.
Perfil

De la deportación a la cuarentena

Franco pudo ver a su perro, varios días después de que este fuera dejado en Ezeiza donde, a juzgar por su vestimenta, lo estaban cuidando.

Luciendo un chaleco anaranjado, la alegría de Coco al volver a ver a su humano, enamoró a los testigos de esta historia.

“Pasó muy bien la noche dentro de una cucha (casita de perro) con mantas y su ponchito”, contó Franco tras verlo en el lugar.

Todo cambió. El perro ya no enfrentó la deportación. El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) decretó 10 días en cuarentena para este, en lugar de devolverlo a Hungría. La drasticidad quedó anulada por una solución humana.

A Coco lo dejaron pasear con su humano por las instalaciones aeroportuarias, destinadas a su aislamiento. Jugaron también a la pelota.

Como el certificado del veterinario húngaro seguía siendo inválido, decretaron la cuarentena para su observación. El perro, no obstante, siguió sin entender por qué del cautiverio sin su humano y con personas extrañas que, sin embargo, le brindaron el cariño y los cuidados del caso.

Coco jugó con su humano, luego de anularse la posibilidad de ser deportado a Hungría.
Perfil

¡Por fin juntos!

El pasado jueves, a eso de las 10:30 horas, Coco fue liberado y devuelto a su humano, tras concretar su cuarentena de 10 días.

La página en Instagram @liberen_a_coco publicó una imagen del can, quien parecía sonreírle a su nueva situación. No era para menos. Iba con su humano rumbo a Córdoba, donde le esperaba su nuevo hogar, lejos de la incertidumbre por la guerra entre Rusia y Ucrania.

“¡Por fin Coco es libre!”, celebró la publicación. Medios locales como La Voz, también confirmaron la liberación del perro Coco, quien se volvió una celebridad luego de su odisea, aunque él nunca se imaginó lo que planeaban en su contra.

Otros humanos, no obstante, se unieron en positivo en las redes sociales, para cambiar -literal- su destino.

“Vamoooooosssss…!!!Bendiciones Coco…fuiste todo un heroe….te la bancaste como los mejores…!!!Larga y buena vida junto a tu flia…!!!♥️♥️♥️♥️”, decía uno de los mensajes desde la vecina nación.