Una niña de seis años, llamada Maddie, casi murió atorada tras comer un nugget de pollo que en su interior contenía una mascarilla quirúrgica.

El hecho ocurrió el martes en Aldershot, Hampshire, en el Reino Unido, y comenzó a volverse viral con el paso de los días.

Según consignó la BBC, Laura Arber, madre de la afectada, le compró a su hija una caja en un local de McDonald’s.

Cuando llegó a su casa con el pedido, la niña junto a sus hermanos decidieron comer de inmediato. Fue en ese momento ella cuando comenzó a hacer sonidos y se dio cuenta que algo andaba mal.

“Tuve que ponerle mi dedo en la boca e inducirle el vómito y salió todo manchado de azul”, dijo.

Pero no fue la única pieza contaminada. De acuerdo a LadBible, de las 20 unidades que compró, un segundo nugget también apareció con un barbijo en su interior.

De acuerdo al portal, Arber llamó de inmediato al local, pero terminó volviendo a la tienda para conversar con el jefe del local, quien le comentó que los nuggets no habían sido cocinados en el lugar.

Según acusó, no recibió ningún tipo de disculpa y le impactó que la tienda no dejara de servir nuggets a sus clientes.

“La peor parte fue que siguieron sirviéndolos. Antes de irme le pregunté: ‘¿vas a seguir sirviéndolos? Y siguieron y eso fue lo más impactante para mí"”, rememoró.

Pero la empresa finalmente salió al paso de las críticas y ofreció disculpas por el problema.

Además, afirmó que “la seguridad alimenticia es la mayor importancia para ellos” y que la compañía pone gran énfasis en el control de calidad.

“Tan pronto como nos dimos cuenta del problema abrimos una investigación con el proveedor y hemos tomado acciones para asegurar que cualquier producto de este lote se remueva de los restaurantes”, señaló una portavoz de McDonald’s.