Seguramente has visto su imagen por toda internet, festejando momentos de gloria o excentricidad. Hace casi una década, el padre de la brasileña Fabiana Santoro le propuso posar de forma juguetona, aprovechando que viajaban en una limusina, durante un viaje a Disneylandia.
“Mi padre había arrendado una limusina para llevarnos al hotel y me pidió que posara para las fotografías. Siempre fui una niña alegre y bromista, así que hice muchas poses”, cuenta Fabiana a la BBC de Brasil.
Por entonces, en 2010, tenía tan sólo 10 años. En 2015, ella misma decidió publicar la imagen en la red, sin pensar jamás en que se popularizaría hasta convertirse en un fenómeno viral de nivel mundial. “Al principio me pareció divertido, porque muchas personas publicaban fotos de su infancia. De repente, varios lugares compartían la imagen”, relata.
De la nada, se convirtió en una celebridad. La gente la reconocía en la calle y la saludaba. Ante las dudas, se apresura en aclarar que no estaba bebiendo alcohol, sino que la copa era de uno de los adultos en el vehículo, quien se la prestó para la fotografía.
“Pensé que era divertido que la gente publicara mi foto. Claro, hubo algunos comentarios desagradables sobre mi apariencia, pero los ignoré. Convertirse en un meme no me hizo daño porque no me ridiculizaron por eso”, agrega Fabiana.
“Me asusté un poco cuando vi a personas de otros países usando el meme. Tomó una proporción que nunca creí que tendría, pero seguía pensando que era genial”.
Y las cosas bien pudieron quedar en la anécdota, si la industria no hubiera entrado entonces en escena.
“Jugo de Perra Estúpida”
Con 19 años, ahora a Fabiana el tema no le causa tanta gracia. Hace algunos meses descubrió que al menos cinco empresas, varias de ellas de Estados Unidos, usaban su imagen para vender camisetas, situación que llevó finalmente a demandarlas.
“Nunca me importó que la gente usara mi foto como meme, pero cuando vi que estaban ganando dinero con ella, me molestó mucho”, indicó a la BBC de Brasil.
Sin embargo lo que detonó especialmente su enojo, fue que algunos diseños acompañaran la imagen de groserías, como una indicando que la copa contiene “stupid bitch juice” (algo así como “jugo de perra estúpida”).
“Además de molestarme que estén lucrando con mi imagen, no me gustó la frase que pusieron porque es irrespetuosa. Es una empresa estadounidense. Les envié un correo de advertencia para que quitaran la ropa con mi foto, pero no me respondieron”, alega.
La falta de respuesta le hizo recurrir directamente a la justicia. Y aunque las firmas estadounidenses no se han dado por aludidas, una empresa brasileña que la utilizaba ya retiró las prendas de su inventario y pidió disculpas por usar su imagen sin autorización.
“Nadie puede usar la imagen de esa persona, incluso si se ha viralizado. Están aprovechando de hacer dinero con una foto sobre la que no tienen permisos, por lo tanto, hay una alta probabilidad de éxito en la causa”, indicó al medio el abogado de Fabiana, João Victor Priess, detallando que hace una semana presentaron los primeros requerimientos ante la justicia estadounidense.
Pero Fabiana no sólo quiere tener el control sobre su propia imagen, sino que piensa que si alguien debe salir beneficiada es precisamente ella. Aseguró a la BBC que piensa lanzar sus propias camisetas, aunque con fines nobles, pues parte de los ingresos que obtendrá con las ventas y posibles indemnizaciones, los dedicará a obras de beneficencia.
