Tal como señalaba hace un tiempo a BioBioChile la psicóloga Daniela Troncoso, “la depresión es una enfermedad cada día más común en nuestra sociedad, que afecta en mayor medida a las mujeres jóvenes.

De acuerdo a la profesional, la prevalencia ha aumentado en la población, incluyendo a Chile. “Los investigadores atribuyen este significativo aumento al incremento del sentido de individualidad y competencia, lo que también ocurre en otras sociedades en vías de desarrollo que han pasado por transiciones económicas y sociales importantes en poco tiempo”, explica Daniela.

De acuerdo al Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, “cuando una persona tiene un trastorno depresivo, este interfiere con la vida diaria y el desempeño normal y causa tanto dolor para quien padece el trastorno como para quienes se preocupan por él o ella. La depresión es una enfermedad común pero grave y la mayor parte de quienes la padecen necesitan tratamiento para mejorar“.

“Muchas personas con una enfermedad depresiva nunca buscan tratamiento. Pero la gran mayoría, incluso aquellas con los casos más graves de depresión, pueden mejorar con terapia. Intensivas investigaciones de la enfermedad han resultado en el desarrollo de medicamentos, psicoterapias, y otros métodos para tratar a las personas con este trastorno incapacitante”, explican.

En este contexto, la bloguera Manday Tewalt escribió un artículo en el portal The Mighty, donde revela algunas cosas que nunca contó a nadie sobre su depresión.

1. Pienso en el suicidio todos los días

“Es casi un pensamiento constante. Trato de no detenerme en ello, y resisto activamente a hacer planes. No importa cuánto lo intente, siempre está ahí. Siento que las vidas de los demás mejorarían si la mía terminara. Odio lo que mi enfermedad está haciendo a sus corazones y quiero detenerlo. Veo el daño que mi trastorno les está haciendo, y me odio por ser así. Renunciaría a todo el mundo para detenerlo”.

2. A veces me lastimo

“Sí. A veces me meto en un sitio bastante oscuro, y me lastimo. Esto ayuda a que me entumezca lo suficiente como para salir de ese lugar. Me aleja de la oscuridad que me traga y me obliga a entrar en un momento presente muy real. ¡No defiendo esto! Deja cicatrices en mi cuerpo y me obliga a inventar excusas. No tengo ningún argumento válido si alguien adivina mi secreto”.

3. Estoy, verdaderamente, muy sola

“El aislamiento es un asesino. Extraño mucho a mis seres queridos. Me duele estar metido en mi cama, perdiéndolos pese a estar a un paso. Oírlos reír y disfrutar sin mí es insoportable y difícil de llevar. No hay nada que pueda hacer sin ayuda clínica”.

4. Me siento mejor en internet, dentro de las comunidades de salud mental

“Yo prospero en mis comunidades en internet. Cuando empiezo a compartir lo que me está pasando, en los foros de salud mental, todos tienen consejos sobre qué hacer. Yo doy buenos consejos también, así que la gente puede disfrutar de mi presencia”.

5. Normalmente no duermo cuando me acuesto en la cama todo el día

“Digo que no me sentía bien, y que dormí. Eso es, sin embargo, una mentira. Estoy despierta la mayor parte del día, herida y enojada conmigo mismo por fracasar una vez más. Así es la mayoría de mis días”.

6. Tengo pesadillas extremadamente reales

“Son las 2 de la mañana ahora, mientras escribo esto. Me sedé sólo para despertar de una horrible pesadilla. No es algo nuevo para mí. Más bien, muy familiar para mí. He estado teniendo pesadillas desde que era una niña”.

7. Realmente no comía antes, simplemente no quiero comer ahora

“De nuevo, mentiré. No he comido en dos o tres días. Todavía no tengo hambre suficiente para querer comida. Por lo tanto, voy a decir que comí mucho y que estoy demasiado llena para comer de nuevo. Eso da una buena razón para que no me molesten más”.

8. No hay ninguna razón real para que yo esté deprimida.

“Ninguna. Nada. Me despierto así. Yo vivo así. Yo duermo así. Nada realmente lo causa, y nada – hasta ahora – ha hecho mucho para arreglarlo. No hay un ‘por qué’ a mi tristeza o vacío. Simplemente existe. Por favor, dejen de preguntarme por qué estoy deprimida”.

9. No me estás ayudando.

“A veces me gustaría poder gritar. Siempre que busco ayuda, te burlas de mí. Cada vez que trato de hacerlo mejor, tú señalas los fracasos del pasado. Siempre me das una charla sobre niños hambrientos. No me ayuda. Necesito que alcances tu propia oscuridad y muestres algo de mí, así yo sabría que no estoy sola en esta pelea. Estoy perdiendo, y no estás peleando conmigo. A veces me gustaría poder preguntarte si quieres que vuelva, cuando yo estaba enojada y la discusión fue mi primera opción. Quiero exigir respuestas. Pero no lo haré. Eso es demasiado agotador, y tengo que tratar de ser humana”.

10. Quiero huir, todo el tiempo.

“Anhelo desaparecer en la naturaleza y encontrar una nueva ciudad que pueda ser mi casa y empezar a trabajar en mi camino. Es divertido y vigorizante. La ciudad realmente respira vida en mí y me da un sentido de unidad y de propósito. Tengo un hijo y una vida aquí, así que no puedo. Pero yo quiero”