Un equipo de arqueólogos cree haber encontrado los restos de un general francés muerto en 1812 durante la campaña de Napoleón en Rusia, un misterio que llevaba 200 años sin resolver.

Charles Étienne Gudin de la Sablonnière fue alcanzado por un cañonazo durante la batalla de Valutina Gora, a 20 km al este de Smolensk, ciudad rusa cercana a la actual frontera con Bielorrusia.

Le amputaron una pierna y el general, a quien al parecer Napoléon apreciaba mucho, murió tres días más tarde de gangrena, a los 44 años. Desde entonces, se desconocía con certeza dónde estaba la tumba.

Un equipo franco-ruso de arqueólogos retomó la búsqueda en mayo a iniciativa de Pierre Malinowski, un historiador y exmilitar francés del entorno de la extrema derecha y con contactos en el Kremlin.

Al comienzo de julio el equipo encontró huesos con heridas semejantes a las sufridas por el general.

“En cuanto vi que un esqueleto sólo tenía una pierna, entendí que era el hombre que buscábamos”, cuenta la jefa del equipo de arqueólogos, Marina Nesterova. Se están haciendo análisis de ADN para determinar si se trata del general cuyo nombre está grabado en el Arco del Triunfo de París.

Denis Maximov | AFP
Denis Maximov | AFP

Bajo una pista de baile

El equipo siguió la pista señalada en las memorias del mariscal Davout, el encargado de organizar el funeral de su subalterno en un fuerte cercano a Smolensk, según el director del Instituto de Arqueología de la Academia de Ciencias de Rusia, Nikolai Makarov, organizador de las excavaciones.

Según el mariscal, se hizo un mausoleo con cuatro cureñas de cañón apuntando hacia el cielo para sostener el techo y con fusiles rotos durante los combates se formó una estrella que se colocó sobre el ataúd. Esta pista no dio resultado.

Los arqueólogos se desplazaron entonces a un kilómetro al sudeste para verificar el testimonio del conde de Ségur, quien asistió al funeral del general Gudin, y según el cual la tumba se hallaba “en la ciudadela de Smolensk, a la derecha de la entrada”.

El 1 de julio, bajo una antigua pista de baile en un parque, dieron con los restos de un ataúd de madera.

“¡Un ataúd aislado, en pleno centro de la ciudadela!”, recuerda la jefa de las excavaciones.

Al cabo de unos días el equipo abrió la tumba y se encontró, debajo de los fragmentos de un ataúd, un esqueleto con el cráneo inclinado hacia la izquierda sobre un soporte de madera. Solo tenía una pierna y había seis depresiones alrededor de la tumba que recordaban las cureñas mencionadas por el mariscal.

Días después, un estudio de los huesos confirmó que se trataba de los restos “de un hombre de 40 o 45 años, al que le falta un fragmento de tibia en la pierna izquierda”.

Abrazo de Napoleón

En la época de la muerte del general Gudin, en agosto de 1812, el ejército francés avanzaba y nada hacía presagiar que la campaña rusa sería catastrófica.

Con la toma de Smolensk, el 16 de agosto, Napoleón abría camino hacia Moscú, a 400 km al este. Pero tres días más tarde se libró la batalla de Valutina Gora que “hubiera podido ser decisiva si Napoleón no hubiera subestimado a los rusos”, cuenta a la AFP Pierre Malinowski.

“Las muchas bajas causadas por el combate mostraron a Napoleón que iba a vivir un infierno en Rusia”, añade.

El emperador confió el general herido a su médico personal y justo antes de su muerte, el 22 de agosto, lo abrazó, según varios testimonios.