Es sabido que la sociedad chilena tiene un gran ingenio para crear dichos populares que expliquen diversas situaciones cotidianas, más aún cuando estos se relacionan con los animales.

Resulta frecuente comparar a las personas con pavos, gallinas, vacas, burros, perros, sapos y, por supuesto, los cerdos, a los que se denomina con mayor frecuencia como chanchos.

Precisamente de este animal surgió hace siglos una historia ligada a una marca que, para muchos, es sinónimo de chilenidad: la “marca chancho”.

Al escuchar esto, se suele hacer inmediatamente la relación con productos de dudosa procedencia que, sin embargo, son muy utilizados por personas de escasos recursos, ya que son sumamente baratos.

Según una crónica del escritor Criss Salazar, autor del libro Santiago Oculto, la Marca Chancho es parte del patrimonio del proletariado chileno de principios del siglo XX.

Envoltorio de cigarros Marca Chancho | Archivo
Envoltorio de cigarros Marca Chancho | Archivo

Salazar es uno de los autores que reafirma la idea de que esta afirmación proviene de la ciudad de Valparaíso en 1937, cuando la importación de productos desde Estados Unidos comenzaba a incrementarse, lo que llevó a los productores nacionales a esmerarse en elevar la creatividad de sus productos.

En este sentido, una de las versiones más aceptadas por los historiadores indica que esta marca fue patrocinada por la compañía Manufacturas de Tabaco Carrera y Cia., la cual en 1937 creó una cajetilla de cigarros especialmente dirigida para los grupos de trabajadores.

Lo insólito del caso es que en aquella cajetilla se podía ver a un chancho elegante representando al producto. Pues bien, aquellos cigarros tenían un precio de mercado tan bajo que, aún dudando de su calidad, tenían mucha popularidad en la población.

De esta forma, el público objetivo de esta “marca del cerdo” fueron los trabajadores de las salitreras del norte del país, portuarios de Valparaíso y los obreros de la construcción en Santiago.

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Si bien se sabía que su precio era reducido, a las personas les quedaban muchas dudas respecto a la reputación del producto y su forma de elaboración, aunque eso no fue impedimento para adquirirlo en negocios de barrio y kioscos.

Los prejuicios de su baja calidad no detuvieron a la fábrica Carrera, al contrario, sólo ayudaron a que siguieran acrecentando el sello del producto con frases como: “Aseguramos que estos cigarrillos valen mucho más de lo que cuestan”.

A esto se sumaba que el chancho que estaba presente en la cajetilla lucía un elegante traje de etiqueta, representando a un animal de gran alcurnia. Irreverencia pura.

Por su parte, el escritor Joaquín Barañao indicó en entrevista con el matinal La Mañana de Chilevisión que el concepto de “Marca Chancho” viene de mucho antes, ya que está ligado con el siglo XIX.

En su relato explicó que dicha denominación tendría su origen en el año 1830, cuando a Santiago llegó un empresario de Cuyo (Argentina) llamado Vicente Moreno, quien comenzó a vender una cerveza en vasijas de greda.

La historia dice que este licor era de una calidad bastante mala, pero las personas más pobres lo preferían debido a su precio más accesible.

Los envases que contenían la cerveza marca Chancho eran similares a los típicos Chanchitos de Greda | Archivo
Los envases que contenían la cerveza marca Chancho eran similares a los típicos Chanchitos de Greda | Archivo

A eso se sumaba la cualidad que los frascos de greda eran gruesos y tenían una figura ovalada, similar a la de los cerdos. Por eso la gente empezó a relacionar aquel licor con los chanchitos de greda de la época, que eran usados como figuras decorativas.

Un ejemplo documentado de esta marca se dio en una edición de El Mercurio en 1909. Allí se muestra un anuncio de chicha – champaña llamada “Marca Chancho”, la cual estaba relacionada al empresario Ramón Masuela. Aquel producto también fue consumida por clases trabajadoras.

De acuerdo a la revista chilena Patrimonio Cultural (2003), la denominación de este licor se dio debido a dos hechos en particular. Uno de ellos tiene relación con que, a fines de la Guerra del Pacífico, en Perú se desarrolló la cerveza negra “Marca Chancho”, por parte de la compañía Grace Hermanos.

Un libro peruano de 1978 llamado Vienen los Chilenos, del autor Guillermo Thorndike, destaca una subasta que existió en Lima durante aquel año, en la que se hacía referencia a este producto.

“Gran rebaja de precios:
Sacos vacíos. Hilo de cáñamo. Soda cáustica. Cabo Manila. Ocre amarillo y colorado. Barricas de varias clases. Grasa alquitranada. Cola francesa. Aceite de linaza. Ladrillos de Bristol. Aguarraz. Sebo americano. Azarcón. Melaza. Masilla. Tiza. Cimiento portland. Ladrillos a fuego. Baldes americanos. Bateas americanas. Baldes galvanizados. Balanzas surtidas. Algodón deshecho. Líneas para pescar. Mantequilla. Encurtidos. Conservas de langostas y ostiones. Mostaza Inglesa. Pimienta molida. Coñac Hennesy y Martell. Cerveza Brass tapa verde. Cerveza negra marca Chancho. Cerveza noruega. Cerveza de Bavaria. Jerez fino y corriente. Vinos de Madeira. Lúpulo de la última cosecha. Cebada. Cebada superior para cerveceros.
Grace Brothers & Co. Calle de la Constitución, Callao”, se leía.

Champaña marca Chancho | Archivo
Champaña marca Chancho | Archivo

Si bien este bebestible nunca llegó a Chile, habría servido de base para la creación de Ramón Masuela a futuro, aunque él se centró en la elaboración de champaña.

Otra referencia de la revista hace alusión a que, a comienzos del siglo XX, llegó a Valparaíso una marca de cerveza llamada “Pig” (cerdo en inglés), la cual era producida en Bélgica desde mediados del siglo XIX.

No obstante, este producto no tuvo buena acogida por los consumidores chilenos, ya que a su mala calidad se sumaba que su precio no era conveniente para los compradores de la época.

Lo cierto es que, teniendo todas estas historias como base, el sentido de la “marca chancho” ha ido evolucionando con el tiempo y no ha perdido su significado en el Chile actual.

Aunque, lo más curioso es que ésta se sigue relacionando con los objetos que tienen una calidad “cuestionable”, pero que a la vez son accesibles para todos.

En el fondo, con sus defectos y virtudes, se puede decir que los chilenos queremos todo aquello que pueda ser catalogado como “marca chancho”. Más aún sabiendo que es un historia que ha sido contada por varias generaciones.