"Te perdono, muchacho". Con estas palabras, Andrzej Dymka se dirigió mirando a los ojos a Louis Santiago, el joven oficial de policía que en 2021 le quitó la vida a su único hijo, e inexplicablemente se llevó su cadáver a casa.
Ese miércoles 2 de agosto de 2023 por la mañana, Louis Santiago sabría que sería el fin de una pesadilla que para él, había comenzado dos años atrás, durante una madrugada de Halloween.
El exoficial de policía de 26 años se encontraba impecablemente vestido frente al estrado, con el semblante serio y listo para enfrentar las consecuencias por sus acciones.
“Mis actos durante aquella noche y la madrugada son inexcusables”, afirmó públicamente. “Como un representante de la ley, nunca debí sentarme frente al volante tras consumir alcohol. Debí haber actuado como correspondía tras darme cuenta de lo que hice, pero entré en pánico”.
Allí, frente a los padres y amigos de Damian Dymka, Santiago aceptó en silencio su condena a 5 años de presidio por conducir ebrio, atropellar y matar a otro joven como él, y posteriormente, cargar su cadáver en su vehículo para huir con él.
“Regresa y deja ese cuerpo donde lo chocaste”
Los hechos ocurrieron en la madrugada del 1 de noviembre de 2021, cuando Dymka, un joven enfermero de 29 años, regresaba a casa desde una fiesta de Halloween caminando por la carretera de Garden State Parkway, en la ciudad de Newark, estado de Nueva Jersey.
Por azares del destino, en ese mismo momento el vehículo Honda Accord de Louis Santiago se dirigía raudo por el mismo recinto. El oficial de policía estaba fuera de funciones y había concurrido con su primo Albert Guzmán a ver un encuentro deportivo a un bar.
Santiago había bebido lo suficiente para nublar su juicio pero no para inmovilizarlo, por lo que decidió regresar conduciendo a casa. Sólo se percató de su error cuando se percató de que su vehículo había impactado algo en el camino.
En la penumbra, al principio pensó que se había tratado de un animal. Por una triste ironía, Dymka había asistido a la celebración con una máscara negra, astas de reno y un traje cubierto de pelos. Pronto, los jóvenes se dieron cuenta con horror que se trataba de una persona.
A partir de entonces el actuar de Santiago fue increíblemente errático. Se fue del lugar y regresó varias veces, confundido. Por último, tomó una decisión que probaría ser catastrófica: en vez de llamar a los servicios de emergencia, cargó el cuerpo de Dymka en el asiento trasero de su vehículo y se dirigió con él a la casa que compartía con sus padres.
Tras llegar y contarles lo que ocurría, fue su madre quien lo obligó a volver al sitio del accidente. “Regresa y deja ese cuerpo donde lo chocaste”, le ordenó Annette Santiago.
Luego de cambiarse de ropa para quitarse la sangre -lo que más tarde les valió a ambos cargos por manipulación de evidencia- Louis hizo lo que le decían y volvió al lugar, para esperar a la policía.
El choque había ocurrido cerca de las 3 de la mañana. Damian Dymka sólo pudo ser declarado muerto a las 5:27 am, cuando el joven oficial de policía regresó con su cadáver.
¿Había muerto instantáneamente o pudo haberse salvado de haber llamado a los servicios de urgencia? Es una pregunta que nunca podrá ser respondida. El abogado de Santiago aseguró a NBC News que el propósito de su defendido había sido trasladar a Dymka a un hospital, pero que en el camino se percató de que estaba muerto y decidió ir a casa de sus padres para preguntarles qué hacer. ¿Por qué no llamó por teléfono en vez de ello? El jurista no tiene la respuesta. “Estaba confundido”, sentencia.
“Te perdono, muchacho”
Aunque la madre de Santiago fue absuelta, su hijo debió cargar con las consecuencias de sus actos. Además de ser expulsado del cuerpo de policía de Newark, enfrentó 12 cargos criminales, incluyendo conducción imprudente bajo los efectos del alcohol, no prestar auxilio a una víctima de accidente, manipulación de evidencia, homicidio y traslado no autorizado de restos humanos.
El fiscal Adam Wells cerró su presentación final asegurando que las acciones de Santiago fueron “despreciables” y “repugnantes”.
“No tuvo la más mínima preocupación por la humanidad de aquel joven que estaba muriendo en esa calle. Sólo se preocupó de protegerse a sí mismo, de encubrir sus actos y de tratar de salirse con la suya sin importarle a quienes hiriera”, sentenció.
Santiago sólo pudo aceptar su culpa y pedir disculpas a los padres de Dymka.
“A la familia y amigos de Damian, sé que nada de lo que diga podrá evitarles el sufrimiento que causé, pero estoy realmente arrepentido. Nunca quise que esto ocurriera. Fue un accidente”, aseveró.
Pero el testimonio más doloroso de la jornada fue el del padre del enfermero, Andrzej Dymka. Sorprendentemente, pese a la severidad del fiscal y la admisión de Santiago, el hombre sólo tuvo palabras de apoyo para el joven.
“Te perdono, muchacho”, dijo Andrzej mirando directo a los ojos de Santiago. “Entiendo que eres una persona joven. Yo perdí a mi hijo, pero gracias a Dios tú estás con vida”.
“Ahora tienes una oportunidad de enmendar tu vida. Estaré cruzando mis dedos por ti”, indicó.
Consultado más tarde por los medios sobre si estaba conforme con la sentencia de 5 años de prisión, Andrzej Dymka dijo que le había parecido “justa”.
“No importa de cuánto sea la sentencia, de 5, 10, 100 años… mi dolor será el mismo. Sólo tenía un hijo. Sólo tenía a Damian”, finalizó antes de marcharse.
