Entre la tradición y la innovación, las nuevas generaciones de judíos ortodoxos tratan de encontrar el equilibrio entre los mandatos de su comunidad y los retos del mundo moderno que les rodea. La integración de este sector de la población, que cada vez tiene un peso demográfico mayor, también supone desafíos para Israel.

Los hombres pasan los días rodeados de libros, estudiando la Torá; las mujeres mantienen la familia y cuidan de los numerosos hijos. Este es el mandato de la tradición judía ortodoxa. Sin embargo, en un mundo donde el desarrollo avanza a velocidades que antes eran inimaginables, las tradiciones pueden convertirse en un lastre para la nueva generación de ortodoxos de Israel.

Jóvenes Ortodoxos en Israel | France 24

Muchos tienen dificultades para integrarse en el mundo laboral, especialmente durante la crisis económica actual, que deja a muchas familias en situaciones precarias. Por eso, Moshe Friedman creó la ‘start-up’ KamaTech, que emplea únicamente a ortodoxos.

“Somos el 12% de la población del país, pero solo el 1 % trabaja en el sector tecnológico. Que un grupo social tan grande y que crece tan rápidamente tenga tan poca presencia en la industria constituye una gran amenaza para el futuro tecnológico de Israel“, explica Friedman.

Sin embargo, las tensiones nacen cuando hombres y mujeres ortodoxos buscan encontrar su camino en el Israel moderno. Alejarse demasiado de los mandatos tradicionales puede suponer el repudio por parte de la comunidad. Sobre esa fina línea caminan muchos jóvenes, mientras el Estado también busca tejer puentes para integrar este sector de la población.