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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El escritor Kyle Chayka señala que la tendencia en redes sociales apunta a menos publicaciones personales y más consumo de contenido altamente mercantilizado, alejándose de la interacción social genuina. Chayka plantea la idea del "publicar cero", indicando un traslado hacia canales más privados. Por otro lado, la Dra. Constanza Caneo advierte a BBCL sobre el impacto negativo de la exposición constante en redes, afectando la salud mental y la construcción de identidad.

Hace algunos años, era considerada una regla tácita el publicar constantemente en redes sociales. Puesto que con el auge de Facebook, Instagram o TikTok, muchas personas consideraban que se trataba de una actividad que complementaba la vida social.

Pero esta necesidad ha ido cambiado, de acuerdo con el escritor Kyle Chayka, que escribió una columna en la revista New Yorker, donde explica que los usuarios paulatinamente dejarán de compartir contenido personal a través de las típicas “Historias” de Instagram u otras publicaciones.

Al respecto, el reportero especializado en tecnología afirmó que hace 6 o 8 años, “nuestros feeds solían revelar perlas de contenido sin descubrir; ahora solo se recompensa a las cuentas destacadas. Si no hay garantía de que nuestros amigos vean lo que publicamos, ¿qué incentivo hay para seguir haciéndolo?”, detalló Chayka, en una columna de la revista New Yorker.

El autor de Filterworld: How Algorithms Flattened Culture (“El mundo filtrado: cómo los algoritmos han aplanado la cultura”) describe que precisamente las redes sociales ya no tienen el carácter “social”. O al menos no son lo que eran antes.

“Creo que las redes sociales se han vuelto menos sociales. Ahora se trata de consumir este tipo de contenido altamente mercantilizado. Se trata más de aspiraciones de estilo de vida, no solo de lo que sucede a tu alrededor y cómo te relacionas con tus amigos y familiares. Para mí, eso le quita el sentido a las redes sociales”, afirmó Chayka, en conversación con la BBC de Londres.

Con respecto a esta situación, el escritor cree que hay una tendencia a lo que denominó “publicar cero”, donde la conversación se trasladará a canales más privados. “No creo que eso elimine la conversación digital que la gente mantiene las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Lo que ocurre es que la conversación se aleja de los canales públicos y se traslada a chats grupales, mensajes directos o plataformas más efímeras, como Snapchat”, expone Kyle Chayka.

¿La gente se está cansando de publicar en las redes sociales?

En relación con el nuevo contexto descrito por Chayka, la doctora Constanza Caneo, quien es psiquiatra de la Sociedad Chilena de Medicina del Estilo de Vida (SOCHIMEV) expresa que la gente podría estar valorando mucho más la vida que sucede en el mundo “real”.

“Depender de las redes sociales implica no poder decidir sobre si quiero o no participar de ella”, expresa al principio de la entrevista con BBCL.

Asimismo la especialista en salud mental, enfatiza que son varias las áreas afectadas: como la pérdida de tiempo para realizar actividades que son un aporte para la vida, sensación de pérdida de control y noción del tiempo, recibir información que no necesito y que puede ser nociva, pérdida de la capacidad de encontrar otras formas de relacionarse con otros e incluso perder la capacidad de estar presencialmente con otros.

En cuanto a la exposición, vivimos un momento en el que todo lo que hacemos y opinamos queda guardado para siempre, dice la psiquiatra. “Más que nunca, somos quienes hemos sido y somos ahora, de forma absolutamente literal, perdiéndose la posibilidad a crecer y cambiar sin escrutinios detallistas sobre nuestro pasado. Eso impacta en que todas nuestras interacciones son posibles de ser evaluadas y criticadas en cualquier momento de la vida, por personas que conocemos, pero también por desconocidos. Por otra parte, se ha visto que redefine el cómo construimos nuestra identidad hacia el mundo, quien queremos ser para los otros, como queremos ser vistos, tanto en imagen como en nuestros intereses, gustos, opiniones, etc”, reflexiona Caneo.

El círculo vicioso de las redes sociales

El análisis de Kyle Chayka remarcó una idea interesante y reflexiva sobre por qué solemos publicar nuestra vida a desconocidos.

“Quizás las redes sociales fueron una aberración en cierto modo, o un desvío. Y esta idea de que toda persona normal debería compartir su vida en público era un poco errónea desde el principio. Ahora estamos despertando un poco de eso, viendo el daño que ha causado y avanzando un poco con nuestros hábitos”, sintetizó el escritor.

De hecho, el periodista expresó una teoría, de que el contrato social de las redes sociales ha cambiado. “El trato era: si publicabas cosas, si publicabas contenido, podías conseguir una audiencia masiva. Pero eso se convierte en un círculo vicioso que acaba dominando toda tu vida. Así que, a menos que intentes convertirte en un influencer o en un profesional de las publicaciones en Internet, ese trato ya no parece tan bueno. Las desventajas de publicar son demasiado grandes y las ventajas no son lo suficientemente buenas. Parece mejor enviar un mensaje de texto a tus amigos”, agregó el periodista al medio británico.

Visto que la interacción social se encuentra mediatizada por las redes sociales, para la doctora Constanza Caneo lo relevante es preguntarnos cómo nos relacionamos, “en términos de calidad, y cómo hacemos una vida coherente con nuestra condición humana: somos seres de manada”, enfatiza a BioBioChile.

“Por definición, somos seres vivos que estamos diseñados para estar con otros, para vernos, escucharnos, abrazarnos, caminar juntos, etc. Ahí está la gran relevancia de la presencialidad, ya que el estar con un otro y conversar, no es solo por la vía de la palabra, ya sea escrita o hablada, es también a través del lenguaje no verbal, la corporalidad y el simple hecho de estar con otros seres humanos en un mismo espacio físico. Nos co-regulamos emocionalmente al estar con otros, y muchos estudios, animales y en humanos, muestran que la falta de contacto físico deriva en depresión, ansiedad, menor rendimiento cognitivo. Reflejo de eso es el impacto global que está teniendo la soledad, la nueva epidemia que genera no solo problemas en salud mental, sino también en acortar la esperanza de vida y la calidad de la misma”, describe a la presente redacción.

¿Qué importancia tiene la desconexión digital para mejorar el bienestar emocional?

Si bien muchas veces las interacciones sociales nos permiten mantener el contacto con seres queridos o amistades que viven lejos, Caneo explica que es fundamental hacer el ejercicio de tomar pausas de las experiencias digitales. “Con los celulares, estamos 24/7 disponibles a mensajes y a recibir entretenimiento inmediato. Por lo tanto, es un estímulo que está siempre presente y que no podemos predecir cuando nos irá a interrumpir”, afirma la doctora de SOCHIMEV.

Así las cosas, la especialista recuerda que los vemos y oímos de las redes sociales es una porción de la realidad. “Somos lo que vemos y vivimos, por lo que la realidad es muy particular a cada persona. Mi realidad es diferente a la realidad de otro, porque depende tanto de lo que yo veo, como de lo que se me es mostrado y lo que vivo día a día”, agrega Caneo.

“Son solo imágenes, historias, información. Pero si se nos muestra siempre y de forma consistentemente es que la felicidad se relaciona a la belleza, éxito económico, salud perfecta, lo natural es que nuestra mente integre y aprenda que bajo esas condiciones la vida es mejor y más plena”.

“Las sugerencias son a limitar el tiempo de uso continuo, por ejemplo, no es lo mismo 20 min x 3 veces al día, que 60 minutos continuos. Se recomienda también un uso activo, por ejemplo, buscar cosas que me interesan, bloquear lo que no me interesa, a fin de que hacer una especie de curaduría del algoritmo. Ser activos en interactuar con otros, hacer comunidades y usarlos como una herramienta más para vivir en el mundo”, finaliza Caneo.