Hace unos días el cantante estadounidense Justin Bieber fue acusado de “apropiación cultural” debido a su nuevo estilo donde los protagonistas eran las famosas “rastas”, situación que terminó cuando el artista decidió raparse para evitar mayores comentarios sobre su peinado.

No obstante, este no ha sido el único personaje del mundo del espectáculo acusado de apropiarse indebidamente del estilo o cultura, ya que anteriormente hubo comentarios hacia la también cantante Adele, cuando posteó una fotografía a través de su cuenta de Instagram donde se le ve usando un bikini de la bandera de Jamaica y en su espalda llevaba plumas amarillas levantadas que sobresalen de su cabeza.

Adele y Justin Bieber – Instagram

Además, recogió su pelo al estilo Bantu -que tiene un origen africano- y utilizó una cadena en su cuello y aretes dorados. El motivo de la fotografía es la celebración del carnaval de Notting Hill, en Londres. Se trata de una festividad que se realiza cada año en el barrio del mismo nombre y que está dirigida a los miembros de la comunidad afrocaribeña británica.

Por este hecho, la intérprete de Someone Like You se llevó negativos comentarios, incluyendo el del periodista Ernest Owens quien escribió a través de Twitter “si 2020 no podía volverse más extraño, Adele nos está dando nudos bantú y apropiación cultural que nadie pidió (…) odio ver esto”.

La lista de famosos acusados de apropiación cultural continúa. Bruno Mars también debió enfrentar este tipo de acusaciones por su música. Al cantante de origen Hawaiano se le atribuyó la apropiación “de la música negra”, por lo que el artista respondió que “no creo que encuentren una entrevista en la que no mencionen a los artistas que me influenciaron. Sólo estoy aquí por James Brown, Prince, Michael Jackson. Crecí viendo a Bobby Brown y pensando, ‘Si así es como nos volvemos famosos, tengo que aprender a hacer estos movimientos de baile”.

Además, Mars señaló que no tenía sentido ser músico si no aprendes de quienes antecedieron la industria musical a nivel mundial.

¿Qué significa la “apropiación cultural”?

El concepto de apropiación cultural es cada vez más debatido en círculos de psicología social, antropología y sociología. Puede ser entendida como la utilización de elementos culturales típicos de un colectivo étnicos por parte de otro, despojándola de todo su significado y banalizando su uso. Dicho de forma más breve, es lo que ocurre cuando se usurpa un elemento cultural con finalidades que nada tienen que ver con las que se le atribuyen.

Sin embargo, tal y como pasa muchas veces en ciencias sociales, no existe una sola definición consensuada acerca de lo que es la apropiación cultural, y por eso algunas personas añaden un matiz a esta definición: este “robo” cultural debe ser producido por parte de una cultura hegemónica o dominante, a cosa de otra que es sometida a la primera.

Así, este último detalle sirve para introducir otro tema en el modo en el que podemos entender este fenómeno: las dinámicas de poder, la desaparición de ciertas culturas a costa del enriquecimiento de otras, según explica el sitio Psicología y Mente.

Para el sociólogo de la Universidad Central, Luis Eduardo Thayer, “la apropiación cultural viene de la teoría de la similación, la cual significa que un grupo minoritario, en término de número, pero también en términos de poder, adoptan los patrones culturales de la sociedad hegemónica mayoritaria, es decir, ocurre cuando personas de contextos culturales muy distintos se apropian de los valores de la sociedad mayor”.

Sobre las acusaciones de apropiación cultural a cantantes, el sociólogo señala que en términos de sociedad es algo que debiese estar superado, ya que hoy se habla de interculturalidad, lo que significa que personas de diferentes culturas pueden convivir con sus diferencias.

“En un segundo sentido, uno podría asociar esta idea en una lógica inversa, por ejemplo en la mercantilización de las culturas. Por parte del mercado hay una apropiación y tergiversación del sentido de prácticas culturales a partir del proceso de mercantilización, como convertir algo en una mercancía exótica, por decirlo de alguna manera”, sostiene Thayer.

Carnaval – Instagram

Un caso de mercantilización de culturas, ocurrió en Chile cuando la marca de ropa Carnaval, lanzó una línea de pijamas inspirada en la vestimenta y cultura Selknam, oriunda de Tierra del Fuego. Este controversial caso incluso tuvo repercusiones en la Corporación Selknam de Chile, quienes en esa ocasión acusaron a la empresa de mal utilizar su patrimonio. “Cuando se mercantiliza algo cultural se desnaturaliza el sentido y lo convierte en mercancía vacía de contenido, distinto es cuando un cantante recoge o es influenciado por otro. Lo mismo ocurre cuando en la cocina usamos ingredientes provenientes de otros países”, explica el sociólogo.

No obstante, en el caso de los artistas como Bieber o Adele que han sido acusados de apropiación cultural, Luis Eduardo Thayer cree que no es correcto darle esta connotación de “robo”, puesto que “las culturas no tienen dueños y estas siempre se van moviendo, los procesos de globalización han extendido los referentes de otros lugares. Eso es sincretismo o hibridación de las culturas, el tomar referentes de otras partes es algo que siempre ha estado presente, de hecho los procesos de culturas surgen muchas veces de la fusión de estas situaciones”.

Para el experto, esto ha sido una tergiversación del concepto, ya que el sincretismo o hibridación cultural es algo que siempre ha estado presente en a sociedad y que este sincretismo, se refleja incluso cuando en la cocina utilizamos ingredientes provenientes de otros países.