En los últimos años, el lenguaje inclusivo se ha convertido en uno de los temas de debate alrededor de la Real Academia Española (RAE), la institución cultural de regularización lingüística que desde 1713 dicta las normas del lenguaje español.

Esta semana, la discusión sumó un nuevo hito: a través de su recién inaugurado sitio web, el organismo estrenó un “Observatorio de Palabras”, instancia donde resuelven dudas alrededor de “neologismos recientes, extranjerismos, tecnicismos y regionalismos”.

La idea del apartado es “ofrecer información sobre palabras (o acepciones de palabras) y expresiones que por el momento no aparecen en el diccionario, pero que han generado dudas (en la población)”. En esa línea fue presentado el término “elle” como un pronombre plural en tercera persona carente de distinción de género.

La definición que ofrece la RAE al respecto, es la siguiente: “El pronombre ‘elle’ es un recurso creado y promovido en determinados ámbitos para aludir a quienes puedan no sentirse identificados con ninguno los dos géneros tradicionalmente existentes. Su uso no está generalizado ni asentado”.

“Elle”, sin embargo, no fue el único concepto analizado por la institución: “transfobia”, “funar”, “bot”, “videollamada”, “mutear”, por fa”, “encuarentenar” e “influencer”, también son objeto de estudio del observatorio y sus internautas, donde el debate sobre el lenguaje inclusivo aún divide aguas.

La inclusión del vocablo en el Observatorio de Palabras, sin embargo, no quiere decir que la RAE haya aceptado u oficializado su uso, tal como la misma institución remarcó.

Allí, en su sección digital, la Real Academia es enfática: “Esta información es provisional, pues no está contemplada aún en las obras académicas, por lo que puede verse modificada en el futuro. La presencia de un término en este observatorio no implica que la RAE acepte su uso”.

En diálogo con la Agencia Télam, tal como reproduce el portal CBA24N, la docente, periodista e integrante del Círculo de Lingüistas Feministas, Norma Soto, restó méritos a la iniciativa española.

“No hay mucho que festejar. Se trata del observatorio que analiza usos y costumbres, esto no implica ingresar en el diccionario, pero además hay que pensar por qué es importante el ingreso a un diccionario que responde a los intereses de la Real Academia Española”, señaló.

En su perspectiva, “el lenguaje inclusivo, el no sexista y no binario crece y avanza ‘in situ’. Es decir, dependiendo de cada sociedad y sus avances sociopolíticos”.

“Los cambios van de abajo hacia arriba. El diccionario tiene dos funciones: da legitimidad a las palabras que nosotras utilizamos y legisla porque dice si esto está bien o no, entonces hay que ver a qué precio, con qué etiqueta estamos esperando que la RAE acepte la palabra elles”, agregó.

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