Alemania con Angela Merkel, Dinamarca con Helle Thorning-Schmidt, Finlandia con Sanna Marin, Islandia con Katrín Jakobsdóttir, Noruega con Erna Solberg, Nueva Zelanda con Jacinda Ardern y Taiwán con Tsai Ing-wen son algunos de los países que mejor han respondido a la amenaza del nuevo coronavirus.

Como se puede apreciar, todos son dirigidos por mujeres, cuyos liderazgos han hecho a estas naciones sacar cuentas alegres en medio del caos y el colapso sanitario que ha desatado la enfermedad alrededor del mundo.

En un análisis de la revista Forbes, la publicación señaló que si bien varios son islas o muy pequeños, Alemania es gigante y lidera la batalla contra el SARS-CoV-2 en Europa, algo que dista del panorama que se vive en el Reino Unido y en Estados Unidos, por ejemplo.

¿Pero, qué han hecho en concreto? Según la publicación, las presidentas y las primeras ministras afrontaron la situación de manera directa, honesta y algunas incluso establecieron estrictas medidas de distanciamiento. Otras, en tanto, apelaron a la responsabilidad de sus compatriotas, sin recurrir a tantas limitaciones en la vida diaria.

Tal fue el caso de Merkel, quien advirtió que el virus tenía que tomarse en serio ya que infectaría hasta el 70% de la población; y el de Ing-wen, la que impuso más de 100 normas de prevención para evitar una cuarentena y cierre totales.

Por el contrario, Ardern decidió elevar el nivel de alerta al máximo posible, decretó aislamiento, cuarentena y el cierre del país, el que incluso afectó a una escolar chilena.

A juicio de Forbes, “la claridad y la decisión están salvando a Nueva Zelanda de la tormenta”.

Sobre la líder de Islandia destaca el hecho que su gobierno haya decidido ofrecer los exámenes de coronavirus a todos los habitantes, cuando en otras naciones aquello solo ocurre cuando hay síntomas o existen sospechas de infección.

Acerca de la jefa de Estado de Finlandia, en tanto, asoma su idea de ocupar influencers para divulgar mensajes sobre la importancia de quedarse en casa y aislarse lo más posible del resto.

Así, su enfoque millenial, por sus 34 años, permitió que jóvenes que no siguen ni se informan en los medios de comunicación tradicionales accedan a información confiable acerca de la enfermedad.

Mundialmente, también se ha valorado una decisión de Solberg, quien organizó un punto de prensa enteramente dedicado a responder preguntas de niños, instancia que fue televisada y en la que no se admitieron otros adultos.

Pese a que no fue nombrada en el artículo de Forbes, Dinamarca es considerada como una de las “excepciones” del viejo continente, al punto que durante la jornada del miércoles comenzó a reabrir colegios luego de un mes cerrados, aunque desde el Ejecutivo catalogaron la medida como “controlada” y “prudente”.

“Ahora, comparen a estas líderes e historias con hombres usando la crisis para acelerar una trifecta de autoritarismo: culpar a otros, capturar al Poder Judicial, demonizar a los periodistas y cubrir sus países con una oscura manta de “nunca me voy a retirar”, “nunca entregaré el poder” (Trump, Bolsonaro, Obrador, Modi, Duterte, Orban, Putin, Netanyahu …)”, escribieron.

Al cierre de esta edición, y de acuerdo a los datos proporcionados por la Universidad Johns Hopkins, usados como referencia a nivel mundial, Taiwán acumula 395 casos diagnosticados y seis muertos.

En segundo lugar le sigue Islandia, con 1.727 casos y ocho víctimas fatales. El tercer lugar de este grupo fue para Nueva Zelanda, con 1.401 casos y 9 fallecidos.

En tanto, Finlandia posee 3.369 casos, con 75 muertes; Noruega 6.798 casos, con 150 fallecidos; y Dinamarca asoma con 7.074 casos y 321 decesos.

De todo el grupo, Alemania es quien se ha visto más golpeada, con 135 mil casos y casi 4 mil muertos. No obstante, su situación es completamente diferente a la otros países desarrollados.

Del top tres mundial, desde el inicio de la pandemia, Estados Unidos aglutina 640 mil casos confirmados y 30 mil muertes.

Por su parte, España lamenta 182 mil casos y 19 muertes. Finalmente, Italia ha registrado 165 mil diagnósticos, de los cuales casi 22 mil han terminado muertos.