Advertencia de imágenes explícitas
¡Cuidado! Las imágenes de este artículo pueden herir la sensibilidad de algunas personas.

Fue en 2018 cuando el cineasta sudafricano Justin Sullivan comenzó con la grabación de un documental de vida silvestre. En ese momento, el artista captó en Bostwana una imagen brutal: el cadáver de un elefante al que le habían cortado su trompa y colmillos.

La imagen se volvió viral hace algunas semanas debido a una información que fue dada a conocer por el mencionado país: el levantamiento de la prohibición de la caza furtiva de elefantes en su territorio. Algo que generó una serie de polémicas.

La instantánea, captada por medio de un dron, muestra al animal desde un plano cenital, sin sus característicos colmillos y con su tromba desmembrada del cuerpo.

En conversación con el diario inglés The Sun, Sullivan indicó que el hallazgo fue totalmente sorpresivo para él y su equipo, agregando que refleja una “práctica inescrupulosa” que ha ido en aumento.

“La foto representa simplemente lo aislados y desconectados que estamos, no sólo del elefante en aquel doloroso momento, sino lo alejados que estamos de la situación”, explicó.

La serie de imágenes ha sido ampliamente compartida por personas en redes sociales, debido a que el gobierno del mencionado país levantó la prohibición que existía sobre la caza de estos animales, la cual regía desde 2014.

Según indicó la agencia de noticias RT, el ente justificó la determinación al explicar que la población de elefantes se había triplicado en los últimos 20 años.

“La gente obviamente reaccionó con sentimientos mezclados de ira y tristeza, especialmente con el reciente levantamiento de la prohibición de la caza en Botswana, pero esta foto ha impulsado algunos diálogos constructivos sobre cómo podemos promover diálogos más sostenible de el tema de los elefantes y resolver nuestra crisis ecológica actual”, sostuvo Sullivan.

A propósito de esta imagen, la organización animalista Elephants Without Borders explicó que la caza furtiva de elefantes creció con “indíces desmesurados” en los últimos cinco años, agradando que los hallazgos de cadáveres de paquidermos aumentó en 593% en ese periodo.

Por su parte, African Wildlife Foundation indicó en un comunicado que el comercio ilegal de marfil, material de los colmillos de elefantes, estaría descontrolado.

“Los cazadores furtivos matan a 35.000 elefantes cada año por sus colmillos, que luego son vendidos y los usan hacer joyería, adornos, partes de instrumentos musicales, artículos religiosos y otros objetos de colección”, concluyeron.