La escritora y declarada feminista australiana, Germaine Greer, desató una ola de críticas tras afirmar que muchas violaciones son sólo “mal sexo” y que los violadores no deberían ir a la cárcel.

Tal como reporta el diario británico Independent, la mujer de 79 años dio una charla en el evento literario Hay Festival de Gales donde señaló que la violación “no es un crimen particularmente violento”.

“La mayoría de las violaciones son simplemente flojas, descuidadas e insensibles. Cada vez que un hombre se da vuelta con su esposa agotada e insiste en disfrutar de su derecho conyugal, la está violando. Nunca terminará en un tribunal de justicia. En lugar de pensar en la violación como un crimen espectacularmente violento -algunas sí lo son-, piense en ello como un acto no consentido, es decir, mal sexo”, afirmó.

“Es sexo donde no hay comunicación, ni ternura, ni menciones de amor”, agregó.

Al ser consultada por un castigo apropiado para los violadores, ella sugirió sentenciar a trabajo comunitario y tatuar una “R” de “rapist” (violador, en español) en el rostro.

“Doscientas horas de servicio comunitario, servirían, según yo. He sugerido que tal vez un pequeño tatuaje sea algo bueno, tal vez una R en su mano. Preferiría que fuese en la mejilla realmente”, expresó.

Además, agregó que “es posible que muchos quieran creer que el pene es un arma letal y que todas las mujeres viven con miedo a ese arma letal…y bueno, eso es una mierda. No es verdad. No vivimos aterrorizados por el pene … Un hombre no puede matarte con su pene”.

Por si fuera poco, dudó del hecho de que el 70% de las víctimas de violación sufrieran estrés postraumático versus el 20% de los veteranos de la guerra. “¿Qué mierda quiere decir eso? ¿Qué algo que no deja marcas ni lesiones es más dañino para una mujer que el hecho de ver a tu mejor amigo explotando por una bomba?”, vociferó.

“Las mujeres aman a los hombres, más de lo que ellas aman a las mujeres. Sabemos más de nuestros hombres, mucho más de lo que ellos saben de nosotras. Nos esforzamos más en complacerlos o tratar de complacerlos. Tendemos a amar a nuestros hijos más que a nuestras hijas, y esperamos que no se note, pero casi siempre es así“, manifestó también.

Rechazo absoluto a sus palabras

Sus declaraciones causaron indignación en redes sociales y en quienes suelen asesorar a víctimas de este tipo de delitos.

Katie Russell, vocera de Rape Crisis England and Wales, una organización benéfica que ayuda a mujeres sobrevivientes de violación, fue una de las que manifestó su rechazo.

“Si penetrar el cuerpo de otra persona sin su consentimiento no es un acto de violencia, ¿qué es? La violación es un delito intrínsecamente violento, independientemente de si hay o no lesiones externas visibles”, afirmó.

“En nuestros más de 40 años de experiencia escuchando y apoyando a mujeres y niñas que han sido violadas, sabemos que esto suele tener un impacto duradero y de gran alcance, incluyendo síntomas de estrés postraumático”, aseguró.

Russell agregó que “muchas de las personas con quienes trabajamos no se identifican como víctimas de violación, pero sí como sobrevivientes de una experiencia horrible e injusta, que ellas eligen no dejar que las defina. Pero indudablemente han sido víctimas de un delito muy grave”.

“Independientemente de cómo se identifiquen quienes han sido violados, los escuchamos, creemos, los apoyamos y los respetamos. La reducción de las sentencias o la desclasificación de los crímenes no contribuyen a mejorar la justicia ni a reducir la violencia sexual”, puntualizó.

Hannah Price, una joven que fue violada mientras estudiaba en la universidad y creadora de Revolt Assault (plataforma que ayuda a mujeres que han sido víctimas de agresiones sexuales), también se pronunció al respecto.

“Solo porque una violación no se considere violenta, no significa que no cause lesiones o traumas. Sigue siendo una violación, y es algo que permanecerá conmigo para siempre. Para poder expresar y creer comentarios como ese, debes venir de una posición privilegiada donde tienes acceso a todo el apoyo, los recursos y el equipo legal que necesitas. Desafortunadamente, la mayoría de las víctimas de violación no tienen ese lujo y sufren solas y en silencio”, expresó.

“Hablo con sobrevivientes de violación todo el tiempo, y no hay forma de que puedas escuchar sus historias y decirles que lo que les pasó sólo fue ‘mal sexo’, o mirarlas a los ojos y decir que no están heridas”, manifestó.

Asimismo, Brandon Cook, un hombre sobreviviente de violación, también se mostró contrario a las palabras de Greer. “Las palabras de Germaine traicionan, son una completa falta de conocimiento cuando se trata del impacto traumático de la violación y, en última instancia, de cómo la violencia que representa no se puede dejar de sentir hasta mucho más tarde. La idea de castigos tales como ‘tatuar en la mejilla’ a los violadores puede parecer una buena idea, pero en realidad no ayuda a la lucha de los sobrevivientes”, comentó.

Por su parte, la profesora Tanja Bueltmann, historiadora de la Universidad de Northumbria, fue tajante y pidió a la escritora australiana que “deje de llamarse a sí misma feminista porque claramente no lo es”.