Los experimentos mentales están hechos con el fin de investigar la naturaleza de las cosas. Es la manera de poner un caso hipotético que nos ayude a comprender ciertos aspectos de la realidad, como por ejemplo, la importancia de las experiencias.
Ante esto, probablemente uno de los experimentos más famosos es El Cuarto de Mary, propuesto por Frank Jackson en 1982, cuyo fin era demostrar “el argumento del conocimiento”, el cual debatía las explicaciones físicas de los fenómenos en general.
Dicho experimento se trata de Mary, una supercientífica brillante que vive en un mundo en blanco y negro, y aunque en toda su vida jamás ha visto los colores, conoce todo sobre ellos y su naturaleza en general.
“Sabe que las diferentes longitudes de onda de la luz estimulan tres tipos de células de cono en la retina; sabe que las señales eléctricas viajan por el nervio óptico hacia el cerebro. Sabe que ahí crean patrones de actividad neuronal que corresponden a los millones de colores que la mayoría de los humanos pueden distinguir. Y sabe todos los detalles sobre todos esos aspectos físicos y biológicos”, explica BBC Mundo.
También, sabe de qué color se tornan las hojas en las diferentes estaciones del año y los colores del cielo en el atardecer y amanecer, y las relaciones que estos pigmentos tienen con las emociones.
Mary es una experta en todo lo que involucra a los colores, sin haberlos visto. No obstante, un día vio una rosa roja, tras sólo rodearse de blanco y negro. Pero ¿cambió algo en ella tras ver físicamente los colores? Para una persona la experiencia y vivencias sería algo totalmente diferente a lo que se pueda estudiar. Sin embargo, el “fisicalismo”, corriente que inspira este experimento, pretende demostrar que todo tiene una explicación lógica, incluso, el enamoramiento.
“Son las propiedades subjetivas o cualitativas de las experiencias, aquellas que hacen que ver una rosa roja no sea lo mismo que ver una amarilla o que enamorarse la primera vez no sea igual que la última”, añade BBC Mundo.
“El cuarto de Mary”
Este experimento en sí fue creado para desafiar al fisicalismo, el cual cree que todo lo que existe es “exlusivamente físico”. Quienes lo defienden, afirman que lo que realmente importa es la materia física y todo aquello que se pueda comprobar.
Asimismo, sigue una corriente que sostiene “que hay propiedades y conocimientos que sólo pueden descubrirse a través de la experiencia consciente”, generándose un debate más bien filosófico en el cual no todos estuvieron de acuerdo.
“Mary no aprende nada nuevo solo porque, basándose en su completo conocimiento físico de la visión del color, al ver la rosa sabría que es roja, argumentaron algunos fisicalistas. Pero este argumento se contrarresta diciendo que la experiencia de ver rojo va más allá de la capacidad de reconocerlo”, recoge el medio antes citado.
No obstante, tras años de buscar explicaciones para dicho experimento, su creador, el mismo Jackson, refutó su argumento señalando que finalmente Mary no aprendió nada nuevo sobre el mundo al “tener la experiencia”, pero que sí cambió algo en su interior.