Medios en Estados Unidos dieron cuenta del caso de Ginny Burton, una mujer de 48 años que es ejemplo de que sí se pueden dejar atrás las adicciones por drogas y continuar con una vida sana. En su caso, ella recientemente se graduó de la carrera de Ciencias Políticas.

Su historia es bastante cruda, ya que nació en la ciudad de Tacoma y desde muy pequeña estuvo involucrada en el mundo de las sustancias ilícitas.

Su madre era traficante y la llevó a consumir cannabis desde los seis años. Aquello fue el camino a probar drogas aún más duras en la adolescencia, como cocaína, LCD y heroína.

Los archivos policiales indican que la mujer estuvo cerca de suicidarse cuando tenía 23 años, luego de ser violada por un sujeto que le compraba drogas a su madre. Años más tarde tuvo dos hijos, quienes fueron separados de su lado debido a sus problemas.

“Cuando estás atrapado en la calle y hueles a heces y no te has duchado, y no puedes hacerlo en un servicio social durante las horas de trabajo porque estás demasiado ocupado tratando de alimentar tu adicción, y tu adicción es más grande que tú. Y has comprometido tu integridad varias veces una y otra y otra vez, y estás empezando a ser víctima de la gente en la calle, estás desesperada”, expuso la semana pasada al medio ABC.

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“No puedes soportar tu vida. Preferirías estar muerto que vivo. Pasé la mayor parte de mi adicción deseando que alguien me matara”, agregó.

Ginny estuvo tres veces en prisión y acumuló cuatro condenas graves debido a que robaba autos para la adquisición de sustancias.

Cambio de rumbo

La vida de Ginny dio un cambio brusco en marzo de 2012, cuando un camión robado que conducía chocó contra un árbol en una carretera, mientras era perseguida por la policía.

En ese momento, el tribunal ordenó que ingresara a un plan de rehabilitación de drogas, el cual tomó con bastante responsabilidad. Junto con el proceso de desintoxicación, también tuvo tiempo para leer y estudiar.

“Me di cuenta que en realidad era buena para memorizar cosas y tenía habilidad para aprender. Entendí que podía hacer algo más positivo con mi vida”, señaló.

Fue así como, al lograr la libertad condicional, ingresó al South Seattle College a cursar un bachillerato en Humanidades. Posteriormente, al obtener el grado, ingresó a la Universidad de Washington, donde estudió Ciencias Políticas y fue nombrada como Becaria Truman 2020 para Washington.

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Ginny obtuvo su título como cientista política con 48 años y decidió contar su historia para inspirar al resto de las personas que luchan contra adicciones.

Su próximo paso, asegura, es lograr reunirse nuevamente con sus hijos, que ya son adolescentes. “Sé que será algo difícil, pero creo que estoy preparada para volver a empezar mi relación con ellos”, concluyó.