Una mujer de Nueva York debió recibir un trasplante de hígado urgente, luego que contrajera hepatitis B tras realizarse un piercing en su nariz. La residente de Queens, Dana Smith, de 37 años, se hizo la perforación poco después del Día de Acción de Gracias y aproximadamente un mes después, comenzó con fuertes dolores en su estómago.

Dudó durante mucho tiempo si asistir al hospital debido a la emergencia sanitaria. En una entrevista para el medio CBS New York, Smith dijo “era un dolor de estómago como si hubiera perdido el apetito por completo. No quería ir a un centro hospitalario, pero el dolor fue tan intenso, que no tuve otra opción”.

Su hermana la llevó al Centro Médico Judío de Long Island el 12 de enero, donde los médicos rápidamente diagnosticaron que necesitaba un trasplante de hígado y sufría de hepatitis B fulminante. “Sólo estaba bebiendo agua y no la podía retener. Fue tan intenso todo que comencé a vomitar sangre”, contó la mujer que hoy está en recuperación.

Según se explica en el Manual de Merck, la hepatitis fulminante es “un síndrome poco común de necrosis rápida (generalmente en días o semanas), masiva del parénquima hepático y disminución del tamaño del hígado” que “generalmente ocurre después de una infección con ciertos virus de la hepatitis, hepatitis alcohólica o -lesión hepática inducida (DILI).

Dana Smith | Hospital de la Universidad de North Shore

A Dana Smith la trasladaron al Hospital de la Universidad de North Shore y se le tuvo que inducir médicamente en un coma, mientras esperaba el nuevo hígado. Afortunadamente encontraron uno compatible a las 48 horas, siendo operada el 17 de enero.

Si bien su diagnóstico fue rápido, luego de realizarse los exámenes pertinentes, su contagio de hepatitis B fulminante, inicialmente fue un misterio.

Una vez ingresada a pabellón, los profesionales se dieron cuenta de que Dana tenía un pequeño elemento en su nariz, un aro brillante, el cual no había sido detectado y que al examinarlo, se dieron cuenta de que habría sido el culpable de todo su proceso quirúrgico.

“Este fue el único cambio que tuvo lugar en su vida, este anillo en la nariz. Y es el momento perfecto para que el virus se incube, principalmente por la falta de esterilización de los lugares que realizan perforaciones”, dijo el Dr. Lewis Teperman, director de servicios de trasplantes de Northwell.

Dana Smith reconoce que la decisión de ir finalmente al hospital le salvó la vida, y está compartiendo su historia para que pueda ayudar a otras personas que necesiten asistencia médica para recibir tratamiento. “Es muy abrumador. Emocionalmente, todo, mentalmente”, concluyó.

“La insuficiencia hepática fulminante ocurre cuando uno está perfectamente sano, adquiere un virus y en dos meses entra en coma“, explicó el Dr. Lewis Tepperman, director de trasplantes del Centro Sandra Atlas de Enfermedades Hepáticas del Hospital Universitario North Shore.

Además, el especialista agregó, que la vacuna contra la hepatitis B debería considerarla todo el mundo, sobre todo aquellos que tienen en mente realizarse algún tipo de perforación o quienes asistan a un lugar de tatuajes, donde hay contacto directo con la sangre.