Medios internacionales dieron cuenta del caso de Milko Mieles, un ecuatoriano que está varado en un pueblo italiano desde abril. Su situación es compleja, ya que en todo este tiempo ha dado 15 veces positivo a los exámenes de la COVID-19. Por fortuna, se mantiene asintomático.

Según detalló el medio italiano Corriere della Sera, Mieles ha estado recluido en un centro de la Cruz Roja en la ciudad de Linate desde el pasado 17 de abril. Su esposa ya regresó a la ciudad donde ambos viven en Italia.

“Veo a los demás que se marchan, pero yo me quedo aquí. Estoy asintomático, pero el virus no se quiere ir, ya se ha convertido en mi amigo”, indicó.

El caso es considerado extremo en ese país, ya que Mieles ha pasado por cuatro centros asistenciales, y en todos dio positivo en el test PCR.

Por aquello, ha tenido que adoptar una cuarentena total en el último recinto, donde incluso asegura que ha “encontrado una segunda familia” junto a los profesionales de la salud.

Cruz Rojo en Linate
Cruz Rojo en Linate


“Estoy desmoralizado. El sueño sigue siendo abrazar a mi esposa y mis dos hijos pronto”,
aseguró.

Mieles y su familia viven en Ferrara, hace ya 10 años, y la crisis sanitaria los pilló realizando un viaje por diversos pueblos en Italia.

Ambos se contagiaron de coronavirus y comenzaron un proceso extenso de cuarentena, aunque ninguno desarrolló síntomas fuertes de la enfermedad.

A comienzos de mayo su esposa recibió el permiso especial para regresar a su ciudad, mientras que Mirko debió quedar resguardado en la Cruz Roja, por temor a que pueda contagiar a otras personas si sale.

Por ahora, explica, ha tenido que conformarse con hacer videollamadas junto a su esposa y sus hijos, de 21 y 23 años, quienes meses atrás también se contagiaron de la enfermedad.

Según la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, los casos de COVID-19 que se extienden por más de 30 días son poco habituales, aunque hay registros de personas que han dado positivo en más de cinco ocasiones.

El organismo sostiene que esto podría deberse a que el sistema inmune no alcanza el nivel óptimo para eliminar el virus, pese a que las personas se mantienen asintomáticas.